Ya estamos, otra vez, yendo a la compra. Los hiperdomingo se están haciendo habituales, aunque en esta ocasión nos han metido menos propaganda en el buzón y la matraca publicitaria en los medios ha sido como de mercadillo en día de lluvia. Antes no había hipermercados como los de ahora. Había ultramarinos, carnicerías, panaderías y pescaderías en las que nos hablábamos de tú y la propaganda, pintada en la pared, atornillada en un tablón o en un gran mural de baldosas aguantaba tiempo y tiempo. Los anuncios de la radio tenían una musiquilla que nos acompañaba hasta en la ducha. Ahora hay publicidad y cuando quieren empacharnos hacen una cosa que llaman campaña. Sí, sí, van de campaña como van a la guerra. Por tierra mar y aire nos tiran frutas de racimo, gas mostaza, carne al napalm, fósforo blanco en lonchas, bacterias en conserva y piedras al vacío, eso sí, envueltos en papeles llamativos de colores naranjas, verdes, morados, rojos, azules... para que no nos confundamos. El...