El que puede, paga; el que no puede, se jode.
El título de este artículo es la última línea de otro que publiqué en Diario de Noticias al inicio del curso pasado, que a su vez era una sinopsis de una carta enviada a don Carlos Gimeno Gurpegui para recordarle la discriminación económica de la que es objeto el alumnado perteneciente a familias pobres que sobreviven con la renta garantizada. La misma carta la enviamos, desde Elkarri Laguntza Apoyo Mutuo, a algunos sindicatos a fin de que no siguiesen mirando para otro lado y a dos centros públicos de los cuales teníamos conocimiento preciso de sus normas excluyentes para con su alumnado pobre. Ni que decir tiene que todo sigue igual y que nadie ha puesto sobre la mesa el sistemático incumplimiento de todas las leyes educativas existentes desde finales del siglo pasado y que vienen a decir que no se puede cobrar por actividades complementarias, materiales u otros asuntos organizados por los centros con carácter general. Y mucho menos castigar al alumnado pobre sin participar en d...