Agur Hanói
Pensábamos estar uno o dos días hospedados en el Du Centre Ville, un hotel muy recomendable, y al final fueron siete. Siete días estupendos en una capital que, aunque al principio se me hizo agobiante y un tanto sosa, me terminó enamorando. Como suele pasar, el amor a una ciudad lo logras por sus habitantes y los hanoienses-as son geniales. Las personas que atendían el hotel, la amiga de Ana, los comerciantes de los establecimientos por los que solíamos ir, camareras... todo el mundo, en general, inspira serenidad, sentido del humor, capacidad de sacrificio y un punto estupendo de saber relativizar los problemas. No me extraña que les diesen estopa a los americanos a la vez que se entrecruzaban historias como la de John McCain, el candidato republicano a la Casa Blanca. Hay dos, mejor dicho, tres grandes grupos de vietnamitas. Andante, andante con moto y andante con bici. Todos son andantes y allegros a la vez. Esto se puede deber a ese rollo zen en el que pue...