Medir cien veces y cortar una.
Llevo dos semanas reencontrándome. He conseguido retomar las prácticas de costura con mi madre. No ha sido fácil. Se lo propuse hace un tiempo y me mandó a freír churros. Un poco por pereza y un mucho por no querer perder un minuto de su valioso tiempo, me fue dando largas. En nuestros paseos diarios la crítica a las formas de vestir, al diseño, a los estilos o modas son siempre tema de conversación. Bueno, también es el tema cuando vemos la tele (ella sigue cosiendo). Sometemos a tertulianos y presentadores a una crítica constructiva sobre su aspecto. Los analizamos más allá del contenido de su mensaje. Sus hábitos, peinados y formas azuzan nuestros gustos estéticos. No soportamos la uniformidad monocromática ni el corsé de la moda que a más de uno y de una les queda de pena. Las prendas se venden como si todos los cuerpos fuesen iguales. Charlando sobre la poca calidad de los tejidos, la pérdida de originalidad y el rito consumista de las rebajas fuimos cayendo en la ne...