Ver para creer
La lluvia, mucho más que el frío, nos impide salir a pasear y nos obliga a quedarnos en algún lugar dentro de la Meca. Esta gaita nos acota los motivos de debate porque no descubrimos juntos, sobre la marcha, hechos que nos permita preguntarnos lo que está pasando delante de nuestras narices. O bien hablamos de lo que ha leído en la prensa – la rutina de su vida tiene, según ella, poco que contar– o pasamos el rato charlando sobre cosas mías. La ventaja es que nos vemos las caras, ella en la silla de ruedas y yo enfrente, sentado en alguno de los muchos y variados asientos que hay por pasillos y salas. Los primeros son más entretenidos porque saluda a todo el mundo que pasa, que en estos días malos es una javierada. Le comenté, nada más sacarla del salón de la planta, que en la entrada me habían pedido el justificante de vacunación. —¿Tan mal está la cosa? En el periódico pone que en Alemania están muy mal. Es...