Chupinazo gota a gota
—El caso es que me suena tu cara, pero no sé de qué —le suelta una mujer a la otra que va a su par. Nado en un torrente rojo y blanco con un larguísimo mingitorio en la margen izquierda. Deduzco que mean porque nos dan la espalda, tienen las manos ocupadas y miran al suelo. Llueve lo suficiente como para que el aire no se llene de ese aroma tan propio de los sanfermines. A pesar de haber nacido y criado en un barrio a la orilla del Arga no sé nada de estas fiestas universales y soy incapaz de afirma o negar las definiciones que de ellas hacen los ortodoxos sanferminófilos. No me atrevo a denostar el presente en pro de un falso y cojonudo pasado, como lo hace un orondo PTV que me empuja como si estuviéramos en los autos de choque. Es un pesado que cuando deja de sonar la batucada que nos arrastra y los gritos y aplausos callan, él protesta porque las charangas han sido sustituidas por los blocos. Las boyas que flotan a su lado son de la misma o...