Escalón tras escalón
Cuando nos daban clases de historia la cosa iba de dinastías, guerras, batallas significativas, fechas y estilos de construcción de índole religioso y pocas veces de civil. Sobre el menú de la gente, sus problemas de salud y cosas por el estilo no nos decían absolutamente nada. Lo que no entraba en los exámenes era mucho más importante que lo teóricamente trascendente del Sálvame Deluxe de los prelados, damas y caballeros de las distintas épocas. No nos contaron de qué moría el personal, amén de pestes plagas y otros castigos divinos (bien es verdad que no sé que se precisa para merecer castigo divino que acabe con la vida). Yo, que soy un conocedor de la historia a nivel usuario, un A1 oral y escrito, cuando pateo por calles, edificios y demás obras humanas pienso en la cantidad de mancos, cojos, descoyuntados, alelaos, tullidos, inhabilitados, paralíticos o de movilidad reducida habrán sido fruto de accidentes domésticos o laborales (en este término de laboral no incluyo las guerras...