Pobre pobre
Un pope del PP decía que en Madrid no había pobres porque no los veía. Ossorio, el lince pepero, en su extensa cháchara al más puro estilo de Santo Tomás mostró la cara más dura y más común de la pobreza: su incómoda presencia. Gastamos más tiempo y energía en ocultar su existencia que en erradicarla. Creemos que es algo ajeno a los no pobres y que con solo esconderla nos libramos de ella. Es como si tomándonos un calmante solucionásemos una enfermedad. La pobreza es el síntoma de que esta sociedad no funciona, de que estamos en una crisis económica y social que va en paralelo al fascismo. “Familias desfavorecidas”, “en peligro de exclusión”, “en riesgo de calle”, “familias subsidiadas” y otros eufemismos tratan de ocultar la herida social que es la pobreza. Según los gurús del gure sistema educativo foral, Navarra es el espejo en el que se debe mirar todo el orbe porque somos la repanocha de inclusivos, igualitarios y amantes del prójimo como si fuera del mismo roble montañés y...