sensaciones
En el siglo pasado, cuando había más satélites en la corteza terrestre que en el espacio, salíamos a la calle y decíamos si hacía calor o frío según nos parecía. Nadie se preocupaba de los grados exactos porque, aparte de no tener termómetro a mano, éramos conscientes de que daba lo mismo. Hacía lo que hacía y punto. Cuando asistía a las primeras reuniones de portal, un vecino de la cara norte de la casa siempre se quejaba de frío y pedía más caña y más horas de calefacción. En una de esas, el presidente le dijo que tomase medidas para no perder calor y que no era cosa de ir por casa en chanclas y pantalón corto, como parece ser que iba el quejica. Como se mascaba la tragedia, el administrador decidió pasar a otro punto. En la siguiente reunión el friolero se plantó con todo un cuadro de las temperaturas tomadas en su casa. El administrador le cortó de raíz diciéndole que tururú, que las medidas a las que hizo referencia el presidente en reunión anterior eran del tipo de poner bu...