Ascensor Social

 



                                            

Dicen que la educación es el ascensor social por excelencia. Y debe ser cierto porque el gobierno está obligado a ponerlo y la chavalería obligada a montarse en él desde los seis a los dieciséis años
Es uno de septiembre y madre e hija llegan al portal de la Sociedad Navarra. Un montón de criaturas alborozadas se dejan notar. Unas lloran porque no quieren entrar, otras miran aturdidas al resto y otras saltan de alegría. El ascensorista les saluda muy amable y les revisa la maleta. Según van pasando les dice que si no tienen la maleta con los materiales de mapas, cuadernos de viaje, brújula, linternas y calzado apropiado, gran parte del viaje lo harán por la escalera. Esas jodidas escaleras no tienen pasa manos y, como la criatura quiere llegar a la par que el resto de la clase, sube a la carrera. Unas veces tropieza, otras se le cae la maleta escaleras abajo y tiene que volver a por ella. Cuando llega al rellano se encuentra al resto de la clase descansada y volviendo a entrar en el ascensor.
Arranca el ascensor muy despacio y al poco, cuando la criatura va recobrando la respiración, se para.
-Hoy vamos a visitar el museo Oteiza y la Jefa de Ascensoristas me ha dicho que menganita no ha pagado la cantidad estimada para tal evento. Bueno, ya sabes, puedes ir a casa o esperarnos sentada en ese escalón -dice la ascensorista.
Esa situación se repite tramo tras tramo. Unas veces se van una semana entera a la nieve o a la week de inglés.
En el ascensor se organizan actividades extras a las que solo pueden acudir los viajeros que tienen dinero. En esas actividades aprenden muchas cosas y se divierten. Las criaturas que no tienen capital pasan el tiempo recogidas en casa porque andar por la calle es peligroso.
En ese ascensor hay comedor y aula de madrugadores a las que solo pueden acudir las que pagan. A eso le llaman conciliar la vida familiar y laboral. Ella, por las mañanas, como su madre la ha dejado sola en la habitación en la que viven, prefiere pasar frío haciendo tiempo delante de la entrada del ascensor. En su habitación los radiadores están de adorno y no puede jugar porque la gente que vive en otros cuartos se molesta. Durante las horas del comedor, cuando todas sus amigas juegan en el patio, ella les saluda desde el otro lado de la valla. Le duele, pero es mejor eso que quedarse en casa sola, mirando las musarañas y fregando el plato de macarrones con tomate que le dejó su madre preparado.
El patio es el mundo. Las canastas de baloncesto y los bancos para charlar con las amigas son inalcanzables. Es un muro con concertinas como el que saltó su madre hace veinte años. Nadie los usa los fines de semana y por las tardes, cuando no hay clase, reina el silencio. En vacaciones está muerto.
Las escaleras se convierten en el lugar de encuentro de otras criaturas como ella. Algunas, ya cansadas y hartas, han decidido abandonar. Han tirado la maleta. Unas pocas han llegado hasta la planta dieciséis y, como en su casa no pueden permitirse una boca que no aporta capital, han decidido que vaya a una formación profesional de grado medio. Siempre ha querido ser fontanera y contra la voluntad de su madre, que quería que fuese peluquera, cursará soldadura y estructuras no sé qué, que es lo que le pilla cerca. La mayoría de sus compañeras de clase cursarán bachiller.
-Ya está. ¿Esto es el sistema educativo? ¿Un ascensor?
-No, un poco más allá hay otro. Un ascensor privado concertado. Hace lo mismo, enseña lo mismo, la administración paga todo, ascensoristas, actividades, materiales. Igual que el ascensor público. La diferencia es que en el privado concertado hacen un pago mensual voluntario.
-¡Ya!
-Y lo curioso es que en donde solo hay uno, lógicamente, el 100 por cien coge el público. Donde hay dos, al privado concertado va el 60 por ciento... o más.

Las medidas que propone Apoyo Mutuo para que nadie vaya por las escaleras tratan de fijar un sistema de formación verdaderamente inclusiva:
 
-QUE se cumpla el Artículo 88 de la Ley Celaá. Que en el supuesto de que las familias quieran hacer la actividad a pesar de su coste, las familias en situación desfavorecida no hagan ningún pago para actividades organizadas por el centro, sean Actividades Complementarias o de libre elección para el alumnado.
­-QUE el alumnado perteneciente a familias con ingresos bajos pueda hacer uso de las actividades y servicios que se efectúen en el recinto escolar (comedor, aula de madrugadores o extraescolares) sin pago alguno.
­-RESTABLECER un sistema de becas o ayudas que cubra la adquisición de libros, materiales escolares y otros recursos educativos necesarios para la formación, conforme a los ingresos económicos de la familia.
­-QUE se ponga un tope de gastos a los centros.
-CREACIÓN de un programa de comedores escolares que cubra una correcta alimentación del alumnado económicamente desfavorecido.
-FACILITAR A COSTE CERO el acceso y participación de menores sin recursos económicos en las actividades culturales y deportivas organizadas por los ayuntamientos u otras entidades, tanto en periodos escolares o vacacionales.
Todas las medidas deberán ser aplicadas en todas las etapas de formación obligatoria y no obligatoria.

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