Renaturalizar un patio sería volverlo a su estado natural de patio
En otros artículos denuncié la tendencia a reconstruir ciudades para gloria del culo o del pañal. Montón de caros parquecitos para criaturas de pañal acompañadas y vigiladas por adultos, terrazas de bares acristaladas y bancos de todo tipo para mayores con y sin pañal. ¡Que se joda la chavalería! Como no es efectivo el cartelito de “prohibido jugar al balón” se ponen perifollos ajardinados, arbolillos de Giacometti, suelos plastificados, asfalto coloreado y maceteros enormes que no se pueden regar y terminan siendo papeleras gigantes. Eso sí, que no falte el paseo del colesterol, el tontódromo de los sesenta para jubiletas. El otro día fui a ver el chandrío que el Ayuntamiento de Iruña ha hecho en el patio del colegio público San Jorge. Me quedé de repiedra. San Jorge, un barrio que a principios de la legislatura pasada, no hace tanto, perdió el único espacio de juego libre, el “Patinódromo”, ahora pierde el cercano patio de la escuela. Según me enteré, en pro de u...