Benedikto XVI eta Rouko I VS Una pareja desconocida.
Bene eta Rouko pertenecen a la empresa AKPE (traducido del latín algo así como Asociación Katólica de Pelotaris Eklesiásiticos) fundada hace unos 1976 años por una cuadrilla de pescadores vascos, que con el tiempo pasó a ser una multinacional debido al empuje, entre otros, de un brazo armado liderado por Iñaki fron Loyiola y militantes renombrados como Txisko de Xabier que fueron entrenados en Francia.
Benedikto es un zaguero que juega con las dos manos, pero con poca pegada y que utiliza mucho las losas altas del frontón para llegar lejos. Sus pelotazos caen como del cielo y se responden fácilmente. No obstante, aburre al prójimo y a los mismos espectadores. Está en sus últimas temporadas, pero tiene inspiración divina y eso le vale para llenar los CIVIDIOX.
Rouko I es un delantero ratonero, sin izquierda, que revuelve la grada con sus violentas muestras de irracionalismo, y es el complemento ideal de Bene. Su juego es tradicional y de las JONS, pero muy al gusto de los pelotazales maduros que son los que ponen la pasta.
Sus adversarios son del todo anónimos, como laicos, y nos resulta imposible mostrarles en la pantalla su curriculum. Cada uno es de un padre y una madre y juegan por placer, no tienen empresa alguna y están condenados a perder. Decir que no están conformes con jugar en este trinquete CIVIDIOX “Palacio de Herodes” de Burlada porque prefieren un trinquete laico en el fondo y en la forma. Según nos comentaron hace un rato, el frontis móvil que se pone para tapar el retablo amortigua mucho el golpe y escupe la pelota con violencia, cosa que le favorece a Bene, el zaguero alemán. Tampoco están muy conformes con la numeración romana de los cuadros, estaciones, y la colocación a la altura del cinco de “Pecado” en lugar de “Falta”. La “Pasa” en el seis, como “Penitencia”, no les hace mucha gracia. El suelo les resulta un poco extraño porque está muy encerado y el púlpito en lugar del balconcillo no les termina de convencer. Por lo demás, todo parece indicar que cumple con los mandamientos de la única federación reconocida.
Para los nuevos en este mundo de la pelota vasca, los CIVIDIOX son el último grito de la adaptación de la iglesia católica vasca a los tiempos que corren. Se trata de aprovechar las iglesias para el ejercicio de actividades deportivas saludables y arraigadas en la idiosincrasia de este pueblo. El frontis es la cara B de un tremendo panel que gira sobre un eje central. La cara A lo forman el retablo, sagrario y altar. El sistema se ve favorecido en los templos que tienen ábside, ya que se facilita el giro. Se retiran los bancos, que se apilan a un costado cubiertos por un tejadillo, como las hamacas apiladas en la playa, pero en plan baserri. Una de las paredes se acristala y se colocan unas gradas de tal forma que se amplía la capacidad del trinquete y la de feligreses.
Bueno. Según me comenta mi compañero, el insigne pelotari, ya retirado, Koldo Alfredo Nelson Vasconcelos “Negrito bi”, el coro es muy largo y perjudica a los anónimos. A nada que le peguen fuerte se queda encalada. Rouko y Bene no llegan atrás ni de milagro.
--Efectivamente compañero. E´to no e´ ju´to. Si la pelota es golpiada con violensia, como debe sel entle hombles, ¿sabe u´té? No puede sel que pegue en gente del pueblo que e´tá en la´ grada´ levantada´ con el sudor de la clase trabajaora, ejplotá, y que e´to´ representante´ del capitali´mo le llaman coro.
Bueno, te tengo que decir, querido Koldo Alfredo Nelson, que se le llama coro porque corean, cantan y animan a sus pelotaris.
--Vale. Vele. Me convensi´te. El día meno´ pensao, los ilegalisan.
Las pelotas son de piel vuelta, OPUS 25, para piano a dos manos y órgano inhiesto. Botan la hostia. Son blancas y tienen la peculiaridad de que son como fosforito y se puede jugar a oscuras (monjas y frailes) por esa especie de halo divino que les impregna. Han sido elegidas por el botillero de AKPE, Mariano.
Ya han salido a calentar. Bene se acerca al monaguillo que lleva el cepillo y le coge las pelotas. Las pesa y se las pasa a Rouko para que las compare con las suyas, que las tiene en la mano. Parece que le gustan. Saca un pañuelo de un bolsillo del hábito blanco con faja lila y frota las pelotas para quitarles el sebo. Bene calienta bendiciendo, haciendo gurutxes por toda la cancha de este abarrotado Herodes. La gente se pone de rodillas, vitorea, canta, se dan la mano y ponen dinero en las pelotas que le pasan los corredores acólitos. La cátedra está con los eclesiásticos M a X.
Anónimo alto y Anónimo bajo (no aceptan la numeración por que prima a una sobre el otro) van de rojo y lucen en su remera, publicidad de BBK (Bebe Kalimotxo). Están en el confesionario (set) de Poca-Kola tomándose un sexto mandamiento con la monja que atiende el chiringuito. También se sirve agua bendita, vino, pan y unas hostias que te dejan como Dios.
El Juez Supremo llama a los pelotaris desde la sacristía, les ordena como manda el protocolo (primero Dios y luego todos los santos) y caminan, entre salves y salmos del respetable, hasta el centro de la cancha. Lanza una moneda al aire y antes de que toque el suelo la coge Rouko y se la queda. Sacan lilas.
El partido está siendo de claro dominio de la pareja faldera. Tienen la suerte de cara. El tanto del 6 a cero ha sido buena muestra de ello. Rouko ha tenido una escapada que ha pegado en el anuncio de “Bodegas Caná”, que está entre la segunda y tercera estación, y ha salido como un rayo hasta pegar en el fraile y más tarde en una monja, esclava del sagrado corazón de Jesús, que pasaba la fregona a la altura del púlpito, para terminar a los pies del anónimo zaguero. La pareja de rojo ha protestado por considerar que la monja había cometido un acto impuro al darle con el culo, pero el juez ha dicho que con el reglamento en la mano y el mazo en la otra, no se puede considerar a la monja como un ser humano con culo. Las monjas, esposas de Dios, son divinas e incorpóreas. Bene ha terciado diciendo que ha sido un milagro y que, bueno, si los rojos se ponen pesaos, que sea lo que Dios quiera. Ha sido tanto de Benerouko, no podía ser de otra manera.
Benedikto es un zaguero que juega con las dos manos, pero con poca pegada y que utiliza mucho las losas altas del frontón para llegar lejos. Sus pelotazos caen como del cielo y se responden fácilmente. No obstante, aburre al prójimo y a los mismos espectadores. Está en sus últimas temporadas, pero tiene inspiración divina y eso le vale para llenar los CIVIDIOX.
Rouko I es un delantero ratonero, sin izquierda, que revuelve la grada con sus violentas muestras de irracionalismo, y es el complemento ideal de Bene. Su juego es tradicional y de las JONS, pero muy al gusto de los pelotazales maduros que son los que ponen la pasta.
Sus adversarios son del todo anónimos, como laicos, y nos resulta imposible mostrarles en la pantalla su curriculum. Cada uno es de un padre y una madre y juegan por placer, no tienen empresa alguna y están condenados a perder. Decir que no están conformes con jugar en este trinquete CIVIDIOX “Palacio de Herodes” de Burlada porque prefieren un trinquete laico en el fondo y en la forma. Según nos comentaron hace un rato, el frontis móvil que se pone para tapar el retablo amortigua mucho el golpe y escupe la pelota con violencia, cosa que le favorece a Bene, el zaguero alemán. Tampoco están muy conformes con la numeración romana de los cuadros, estaciones, y la colocación a la altura del cinco de “Pecado” en lugar de “Falta”. La “Pasa” en el seis, como “Penitencia”, no les hace mucha gracia. El suelo les resulta un poco extraño porque está muy encerado y el púlpito en lugar del balconcillo no les termina de convencer. Por lo demás, todo parece indicar que cumple con los mandamientos de la única federación reconocida.
Para los nuevos en este mundo de la pelota vasca, los CIVIDIOX son el último grito de la adaptación de la iglesia católica vasca a los tiempos que corren. Se trata de aprovechar las iglesias para el ejercicio de actividades deportivas saludables y arraigadas en la idiosincrasia de este pueblo. El frontis es la cara B de un tremendo panel que gira sobre un eje central. La cara A lo forman el retablo, sagrario y altar. El sistema se ve favorecido en los templos que tienen ábside, ya que se facilita el giro. Se retiran los bancos, que se apilan a un costado cubiertos por un tejadillo, como las hamacas apiladas en la playa, pero en plan baserri. Una de las paredes se acristala y se colocan unas gradas de tal forma que se amplía la capacidad del trinquete y la de feligreses.
Bueno. Según me comenta mi compañero, el insigne pelotari, ya retirado, Koldo Alfredo Nelson Vasconcelos “Negrito bi”, el coro es muy largo y perjudica a los anónimos. A nada que le peguen fuerte se queda encalada. Rouko y Bene no llegan atrás ni de milagro.
--Efectivamente compañero. E´to no e´ ju´to. Si la pelota es golpiada con violensia, como debe sel entle hombles, ¿sabe u´té? No puede sel que pegue en gente del pueblo que e´tá en la´ grada´ levantada´ con el sudor de la clase trabajaora, ejplotá, y que e´to´ representante´ del capitali´mo le llaman coro.
Bueno, te tengo que decir, querido Koldo Alfredo Nelson, que se le llama coro porque corean, cantan y animan a sus pelotaris.
--Vale. Vele. Me convensi´te. El día meno´ pensao, los ilegalisan.
Las pelotas son de piel vuelta, OPUS 25, para piano a dos manos y órgano inhiesto. Botan la hostia. Son blancas y tienen la peculiaridad de que son como fosforito y se puede jugar a oscuras (monjas y frailes) por esa especie de halo divino que les impregna. Han sido elegidas por el botillero de AKPE, Mariano.
Ya han salido a calentar. Bene se acerca al monaguillo que lleva el cepillo y le coge las pelotas. Las pesa y se las pasa a Rouko para que las compare con las suyas, que las tiene en la mano. Parece que le gustan. Saca un pañuelo de un bolsillo del hábito blanco con faja lila y frota las pelotas para quitarles el sebo. Bene calienta bendiciendo, haciendo gurutxes por toda la cancha de este abarrotado Herodes. La gente se pone de rodillas, vitorea, canta, se dan la mano y ponen dinero en las pelotas que le pasan los corredores acólitos. La cátedra está con los eclesiásticos M a X.
Anónimo alto y Anónimo bajo (no aceptan la numeración por que prima a una sobre el otro) van de rojo y lucen en su remera, publicidad de BBK (Bebe Kalimotxo). Están en el confesionario (set) de Poca-Kola tomándose un sexto mandamiento con la monja que atiende el chiringuito. También se sirve agua bendita, vino, pan y unas hostias que te dejan como Dios.
El Juez Supremo llama a los pelotaris desde la sacristía, les ordena como manda el protocolo (primero Dios y luego todos los santos) y caminan, entre salves y salmos del respetable, hasta el centro de la cancha. Lanza una moneda al aire y antes de que toque el suelo la coge Rouko y se la queda. Sacan lilas.
El partido está siendo de claro dominio de la pareja faldera. Tienen la suerte de cara. El tanto del 6 a cero ha sido buena muestra de ello. Rouko ha tenido una escapada que ha pegado en el anuncio de “Bodegas Caná”, que está entre la segunda y tercera estación, y ha salido como un rayo hasta pegar en el fraile y más tarde en una monja, esclava del sagrado corazón de Jesús, que pasaba la fregona a la altura del púlpito, para terminar a los pies del anónimo zaguero. La pareja de rojo ha protestado por considerar que la monja había cometido un acto impuro al darle con el culo, pero el juez ha dicho que con el reglamento en la mano y el mazo en la otra, no se puede considerar a la monja como un ser humano con culo. Las monjas, esposas de Dios, son divinas e incorpóreas. Bene ha terciado diciendo que ha sido un milagro y que, bueno, si los rojos se ponen pesaos, que sea lo que Dios quiera. Ha sido tanto de Benerouko, no podía ser de otra manera.
Se nota que se juega en cancha bíblica y que se retransmite por la cadena de radio y televisión La Buena Nueva. Carteles como Carpintería José, Cultivos biológicos LOS OLIVOS, CAN (Caja de Ahorros de Nazaret), Magdalena`s Club, Restaurante LA ÚLTIMA CENA, Diario de noticias Testamento Berria, PALOMATEL (tres en uno: teléfono, tele y conexión de banda ancha), Clínica MILAGROS y otros muchos del mismo pelaje.
Por fin hacen un tanto los rojillos. Rouko ha hecho pecado de saque, pero ha montado un belén de no te la menees. Le ha amenazado al juez con el fuego eterno, las siete plagas y con que se le iba a caer la picha a trozos por mentir. El juez, que será excomulgado nada más terminar el partido, ha tenido que tirar de moviola para demostrarle al delantero lila que la pelota botó en el II. Rouko admitió que la pelota había botado en el dos, pero lo atribuyó a un acto de brujería de la pareja colorada. Según sus palabras “El demonio es rojo, abortista, zapaterista y enemigo declarado de la iglesia. Luego no es de extrañar que se haya metido entre nuestras pelotas para echarlas a perder”.
A partir de ese tanto la pareja anónima se ha venido arriba y ha llegado a igualar en el tanto 12. Zaguero anónimo ha demostrado que es capaz de sacar de quicio a Rouko no permitiéndole entrar de aire. Benedikto XVI, que tiene que escribir su nombre en la espalda con Arial 6 y en vertical, se mostró nervioso e inseguro. En varias ocasiones, las cámaras lo mostraron claramente, nombró a lo más sagrado y dio muestras de esa agresividad inquisitorial que tanto le caracteriza.
Una vez logrado el empaté, la pareja laica se ha venido abajo. Se sospecha que un alma inocente les ha metido alguna droga en el agua bendita porque a partir de ese descanso no han dado una.
Bueno, esto parece que ya termina. Rouko coge carrerilla con el ánimo del público. Tanto de saque.
Estimados seguidores pelotazales: podéis ir en paz.
Pero ¿qué es esto? Rouko y Bene ante el delirio de sus feligreses se están quitando las sotanas. ¡Dios mío! y las lanzan al coro. ¡Señor, Señor! Ver para creer.
En fin, queridos seguidores, les emplazamos para el próximo domingo que emitiremos desde Casa Dios. Amén.
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