De bragas, calzoncillos y uvas
No me imagino. Bueno, sí. Me veo a Rajoy con calzoncillo rojo tipo slip, comiéndose las uvasss, formulando deseos para el dos mil quince y me dan escalofríos. No por el repelús de la imagen, sino por su significado. Todos los fines de año hace lo mismo y los dioses se lo conceden. Bueno, no. El año que no ganó las elecciones, y por orden de José María, hizo sus propósitos con un calzoncillo azul y dos gaviotas en las mismas pelotas (es un suponer. No conozco el asunto tan al detalle, pero lo digo como me lo dijo un adivino que está de párroco en un barrio de Madrid y de vez en cuando viene a Pamplona a visitar a la familia). Si en su balance de este año nos ha dejado claro que la cosa va bien y que en el quince vamos a petar, cuando me lo imagino pidiéndole al tótem televisivo sus deseos me pongo en lo peor. Va a ser más de lo mismo. Siempre he tenido claro que mis peticiones y las de mis semejantes nunca han servido para nada porque una fuerza más potente lo ha impedido....