Clientas
Por razones económicas, de comodidad o simplemente de circunstancias, sin más, compro en distintos sitios. Según me pille, aunque si me vienen igual de mal o de bien compro en el más barato. Salvo si es carne, que siempre voy a las carnicerías de toda la vida porque no me gustan las bandejas de plástico y con carne para unos cuantos. Yo solo necesito para dos. Día a día he ido cogiendo cierta profesionalidad en lo concerniente a productos, dependientas y clientela de los grandes ultramarinos. Si bien es cierto que en todos los supercolmados cuecen habas, independientemente de su país de origen o del color de los uniformes del personal, y de que la explotación sea notoria en todas ellas, me suelo inclinar, cuando tengo tiempo, por los no habituales, por los que me pueden sorprender. Es una forma de romper con la rutina, de ver caras nuevas, de curiosear o de ...