Se vende
Saliendo del súper me encuentro con un ex alumno al que siempre he considerado majo, majo. Un poco alérgico a los libros, despierto y sociable era el último de una familia numerosa con una madre que se remangaba para trabajar en casas o en la limpieza de escaleras y un padre empleado de fábrica, militante sindical sin beneficio monetario alguno y luchador incansable por el barrio. Nos saludamos con un abrazo en el que es él se tiene que inclinar un poco. En el afán de saber uno del otro nos pisamos las preguntas entre risas. —¿Tienes tiempo? ¿Nos tomamos una cerveza? —me pregunta a la vez que me empuja hacia el bar más cercano. —Por supuesto. Solo faltaba —le respondo mientras le doy una palmada en el hombro. Una vez en el bar me dice que está vendido. Yo le pido que me lo explique y me viene a contar, resumiendo, que estudió un grado superior de comercio, le salió trabajo donde hizo las prácticas, desde hace tres años estudia económicas en la UNED y está ena...