Escuchando el silencio



 


Salí de casa un tanto aturdido. Atravesé el bosquecillo de plataneros entre la niebla que se desperezaba con los rayos del sol. Al abandonar la hierba y llegar al cemento, el suelo se volvió resbaladizo por la langarra. Hasta llegar a la fachada sur del bloque donde está la panadería tuve que caminar con cuidado para no patinar. Cuando iba a entrar a comprar el pan, el sonido del rodar de algo sobre las baldosas me hizo volver la cabeza. Una mujer alta, erguida, vestida con un caftán muy colorido y un turbante que alargaba su figura, repasaba el suelo abotonado con su largo bastón blanco. Antes de avanzar giró la cabeza y sentí que me miraba a través de sus cristales negros. Me saludó con una sonrisa luminosa y cruzó majestuosa la carretera.

Comentarios

  1. Joder Juanjo, ¡qué enigmático!. ¿Esa señora es real o imaginaria?.

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  2. Real. Mi barrio es el mundo. La vi el otro día.Me impactó. Es majestuosa. Me entraron ganas de acompañarla. Seguro que vive en un palacio. Me regaló su sonrisa.Ya no pido nada a Baltasa.Resume el año, la vida, la dignidad...

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