Estamos en el año del perro
Yendo a la compra veo a la pareja de las nueve, un señor paseando a su perro o un perro paseando a su dueño, no lo tengo muy claro ya que los dos tienen un aire muy parecido. Son chulos a más no poder, caminan con la cabeza erguida perdonando al personal que se cruza en su camino. Se paran a la vez, arrancan a la vez, giran a la vez, menos cagar y mear, que al hombre no le he visto, todo va a la par, como si participasen en natación sincronizada. Bueno, el perro lleva el rabo enhiesto como el palo de la bandera y del señor no puedo decir nada, aunque cuando va con gabardina no puedo evitar la asociación de ideas. Significado y significante toman cuerpo. Al perro le tendrían que poner pañales porque se va ciscando árbol sí, árbol no, y señales y farolas a discreción. Hay una señal de prohibido aparcar que el día menos pensado se irá al suelo por mor de las meadas perrunas. Ya sé que lo del pañal no es muy ortodoxo, mis amistades con perro me lo critican, pero...