Estamos en el año del perro



Yendo a la compra veo a la pareja de las nueve, un señor paseando a su perro o un perro paseando a su dueño, no lo tengo muy claro ya que los dos tienen un aire muy parecido. Son chulos a más no poder, caminan con la cabeza erguida perdonando al personal que se cruza en su camino. Se paran a la vez, arrancan a la vez,  giran a la vez, menos cagar y mear, que al hombre no le he visto, todo va a la par, como si participasen en natación sincronizada. Bueno, el perro lleva el rabo enhiesto como el palo de la bandera y del señor no puedo decir nada, aunque cuando va con gabardina no puedo evitar la asociación de ideas. Significado y significante toman cuerpo.
Al perro le tendrían que poner pañales porque se va ciscando árbol sí, árbol no, y señales y farolas a discreción. Hay una señal de prohibido aparcar que el día menos pensado se irá al suelo por mor de  las meadas perrunas.  Ya sé que lo del pañal no es muy ortodoxo, mis amistades con perro me lo critican, pero algo habrá que hacer, no le vamos a poner una sonda.  Además, con el pañal, matamos dos pájaros de un tiro al retener los mocordos que el chucho chulo deja y su dueño no hace ni mención de recoger. El idiota de él, cuando caga, le felicita con la mirada y unos golpecitos en la cabeza. Hay algunas aceras de mi barrio que deberían estar señaladas como zonas minadas. ¡Vale!, lo reconozco, el animal no tiene la culpa y el dueño es el responsable incluso cuando es un irresponsable. ¿Y la bartolada esa de que el perro es el mejor amigo del hombre? A la persona que tuvo esa idea, seguro que desde hace tiempo está criando malvas, le diría que vaya cagada publicitaria más acertada tuvo, equiparable a "la chispa de la vida". El can es el mejor amigo de la persona que lo cuida, el resto de la humanidad se la trae al pairo y, si me apuras, le cae fatal. Y cuando en el afán laudatorio se dice que son más listos que listos, que a algunos solo les falta hablar, ahí, en ese momento, se me representa Calígula  y su empeño por entronizar a su caballo andaluz, Incitatus por encima de los seres humanos. Calígula, todo un emperador, es el claro ejemplo de la teoría esa que dice que las personas que quieren a los animales, lógicamente, quieren a las personas. 
Entrando en mi plaza veo los destellos del CD que tenemos colgado en el ventanal del comedor. Es una chorrada como la copa de un pino para espantar a las palomas, a la banda de las columbidaes que nos llenan de mierda el alféizar. Estas jodidas también tienen una fama estupenda y sin dueño al que montarle el pollo por sus destrozos. Según parece, y doy fe por lo poco que ha durado el efecto CD, son listas, listas, tanto o más que los perros.
¿A quién coño se le ocurrió ponerla como símbolo de la paz, si generan mala leche? Picasso solo la redujo, como el solo lo sabía hacer, a unos trazos, aunque le pusiese a una hija Paloma y esta le pusiese a la suya Paz. El tema viene, tiene coña la cosa, de la diosa Afrodita que la tenía como mascota. Que la diosa del amor fuese colombofílica me deja de piedra. Hacer el amor con una paloma al lado no me seduce nada por mucho que las palomas sean monógamas,  los palomos cojeen y se arrejunten como tortolitos. Dejando los orígenes y justificaciones diversas para tanto realce, incluido Noé y el rollito de la ramita de olivo, una rata con plumas no puede ser símbolo de semejante causa; aunque, viendo que la paz es una utopía de mierda, representarla con un ave cagona y asquerosa es consecuente.  No se me entienda mal, no estoy en contra de la paz, estoy en contra de las cagadas de su símbolo hecho carne. Todos los días tengo que limpiar las ciscadas palomeras y los lunes, si los humanoides canijos han dejado el parque llenos de pipas, bolsas de chuches y otras delicatesen, con fregona y todo. He pensado en montarles a los padres una bronca como se la puedo echar a los dueños de perros. Los adultos son los responsables, los críos no, como los chuchos. Las criaturicas tienen una conducta perruna y los perros son como hijos pequeños. Algo debe haber porque hay gente que cuida a su perro como si fuera un hijo, incluso más. Los hay que se emperran en sus preferencia zoófila y prefieren un cánido a un humano.
¿Y lo de representar al Espíritu Santo con una paloma? Eso no lo he entendido nunca, ni cuando era pequeño. Las palomas que yo conocía cuando me inculcaban el catecismo eran de campo, las que cazaba mi tío, las de pasa. Un día de chicharrina, no había hecho la primera comunión, cacé una de un palazo cuando estábamos segando. Me penó mucho porque estaba anillada, venía de Dinamarca. Con tan fausto motivo, mi tío Faustino me explico, a su manera, la existencia de otros mundos. Durante mucho tiempo pasé miedo pensando que en Dinamarca se podían enterar de que me cargué a una paloma suya. Y cuando veía al Espíritu Santo, buenooo, los remordimientos me dejaban molido.
Les estoy cogiendo tanta manía a las palomas que cuando me muera y me convierta en polvo, por favor, que no me pongan en un columbario.  

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