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Mostrando entradas de febrero, 2012

Agur, Lima

    Según Mari Luz, una limeña majísima amiga de Daniel desde hace años, los mejores autobuses, los modernos, llevan los cristales ahumados para que no se vea desde fuera si van turistas a los que atracar. Como los que pillamos nosotros lo raro es que lleven turistas, no ocultan su interior y son más baratos. El ómnibus que cogimos para ir a la Merced, dos pisos, tenía la luna delantera rajada y se sujetaba por el letrero JUNIN que tenían pintado y por unas tiras de cinta adhesiva transparente. Las ruedas habían perdido bastante de su dibujo original y anunciaban un recambio o un recauchutado, una especie de lifting, para hacerle tirar otro porrón de kilómetros. No tenía nada que ver con las fotos de los modernos autobuses, con cristales tintados, que anunciaba la compañía en unos carteles grandes en la aseada oficina de venta de billetes. Unas manzanas más a las afueras de la ciudad estaba el patiohangar de la empresa JUNIN y una pequeña patioficina de venta de billetes...

Publicidad en Perú

Las casas y casuchas del extrarradio de Lima y las solitarias o de pueblos que encuentras a lo largo de las carreteras, tienen las fachadas repintadas con propaganda electoral. Keiko y Omala las han coloreado, sobre todo las de madera, con sus mensajes, sus rostros y sus símbolos que perdurarán hasta la siguiente campaña. La parte más visible de las casas son un lienzo que se cubre por completo. Es la primera vez en la que veo la utilidad real de la publicidad política. No me imagino lo mismo en Pamplona. Muchas casas de cemento no están cubiertas con tejado y los ladrillos y bloques al aire le dan un aspecto de provisionalidad, de estar sin terminar. Es como si estuviesen deshabitadas y sólo sirvieran de soporte para colgar una gran almazuela de carteles. Las ubicadas en buenas calles están forradas por completo, hasta las ventanas, de propaganda donde se anuncia de todo: médicos, sanadores, ópticas, telefonía, coches, talleres… Un mural abigarrado con tantos mensajes q...

+Lima

   En el barrio de Miraflores se hace patente la humedad del mar. Las verjas con las que protegen las casas están corroídas y muchos tramos de acera están oscurecidos por una sustancia que se pega a los zapatos. La chapa de los coches se pudre con facilidad.    Las torres de telefonía móvil se levantan en los sitios más inesperados. Son un conjunto de hierros cruzados que pueden surgir de una acera, de una especie de rotondita o del tejado de una casucha que se eleva junto a un hotel moderno e iluminado de 20 alturas. Los cables de teléfono y luz forman un entramado a modo de hamacas gigantes sujetas a postes de madera.    Los coches pitan si llegan a un cruce, a una rotonda o a un paso de peatones. La calle es una sinfonía disparatada compuesta por un oriental y dirigida por un percusionista de pandereta. El coche puede estar descacharrado, pero su bocina tiene que sonar. No me cabe la menor dudad de que si hay ITV es solo de claxon. Es el mundo...

Lima III: Paco Asís

      Me pasa con los “centros culturales o museos religiosos” lo que me pasa con las películas del oeste: me parece que ya las he visto. Todos los conventos, monasterios o catedrales tienen una mezcla rancia de culto, arte voluntarioso de “genios” desconocidos y muestra de las costumbres de la comunidad avaladas por algún santo del lugar. Cristos sufrientes, fundadores de la orden, ofertorios, bibliotecas, claustros, coros, sacristías y otras equivalentes al váter, cocina, salón, dormitorios, despensas, trasteros y garajes de nuestras actuales cabañas apiladas, pero con solera. En este convento dominico de San Francisco de Jesús o de Asís (con este nombre me suele venir a la cabeza la matanza de Vitoria) me encontré con un cuadro sorprendente sobre La última cena. Por fin algo nuevo, diferente. La mesa es redonda y alrededor de los apósteles hay niños jugando, mujeres ¿camareras?, gente mirando, en fin, un restaurante público y no un reservado. En la mesa hay...