Un año dando vueltas.
El domingo me fui a la cama con
las imágenes de Contador en el balcón del ayuntamiento de su pueblo celebrando la
victoria en el Giro. Puede que por el calor, o vete tú a saber por qué, me
levanté agotado. Una txalaparta tableteaba dentro de mi cabeza y una trikitixa chirriaba en mi sien izquierda. Nada más
poner los pies en el suelo tuve la sensación de que me esperaba una buena. Me
sorprendió ver en el pasillo mi bicicleta ACME porque siempre la dejo en el
trastero. Al preparar el desayuno me percaté de que en el tendedero del balcón
colgaba un maillot rojo y un culote negro que nunca he tenido. Preso del pánico
corrí a esconderme detrás del frigo, donde no pudiera verme el ciclista que,
seguro, había entrado en casa. De Sara no pueden ser porque me habría dicho
algo. En las cajas de ropa para el
verano que subí el otro día no figuraba nada que tuviese que ver con el
ciclismo. Bueno, sí, un maillot rosa que compré en Milán en la última etapa del
Giro 2011 cuando fui con los alumnos del equipo de robótica a un certamen en
Rovereto, cerca de Trento, pero eso no es.
Un
poco más relajado me senté en una silla mirando al tendedero. En ese momento,
viendo cómo se mueve el maillot y oyendo el ruido que mete la caja de las pinza
por el brusco viento, se me cayó el mundo encima.
-Esto es una señal divina. Termina
la Vuelta Ciclista a Navarra y empieza la Vuelta Ciclista a España. Hemos
puesto a su servicio una aplicación para que usted pueda estar al corriente de
todo lo que acontezca a lo largo de las negociaciones. También tenemos a su
disposición, totalmente gratis, una ampliación con las elecciones de noviembre
-leo en un wasap que me entra en el cerebro.
Ahora
lo veo claro. La bici, el maillot y el bidón son el perfil de Elecciones 2015 y
el ruido del tendedero es el aviso de llamada. Joder con las tontologías de la
comunicación aplicadas al subconsciente (antes ardían zarzas y salían luces). A
partir de este primer chat los mensajes me entran en forma de ondas hertzianas
y con estar un poco atento me entero de todo los que sucede en clave cicloelectoral.
Bueno, a ver, todo lo que el comunicador quiere comunicarme, pero como uno
aprendió a leer entre líneas durante la
dictadura...
Está
claro que la Vuelta Ciclista a Navarra, primera fase de la gran vuelta de
noviembre, ha tenido un respaldo
fantástico que se ha visto reflejado en el alto índice de participación y en lo
dividido del apoyo prestado a los siete equipos que han conseguido galardones. No
se incluye a Ciudadanos dado que llegó fuera de control en la contrarreloj por
equipos debido a la desafortunada actuación de su líder -se paró a cagar en
medio de la carretera-. Además, las
declaraciones de su director general, en contra del derecho de Navarra a tener
sus propias normas ciclistas, crearon gran malestar en el pelotón.
A
pesar de que cambió de líder, UPN no fue capaz de superar la mala imagen y tuvo
que conformarse con el premio al equipo con más victorias de etapa, quince. El
largo sprint de la campaña electoral
no fue suficiente para recuperar el maillot rojo perdido a lo largo de los
cuatro años. La etapa reina de la CAN se le atragantó y las terminadas en alto,
Osasuna, Reino de Navarra Arena, Canal de Navarra y Peajes en la Sombra
terminaron de certificar el mal hacer del equipo. La etapa de alta velocidad en
el Circuito de Los Arcos fue lenta de solemnidad y la alianza UPN-PSN no consiguió
salvar el fraudulento espectáculo. Es decir, las quince victorias fueron
conseguidas en etapas de transición y con el sospechoso y suicida apoyo del PSN.
La
entrega de premios fue muy parecida a la de 2011: nadie consigue las veintiséis
etapas necesarias para enfundarse el maillot rojo y la coronación como presi
queda sujeta a acuerdos entre equipos. El maillot blanco de las jóvenes
promesas se la llevó Laura Pérez del Podemos-Yes We Can; el premio borraja al
bipartidismo fue para María Chivite, el maillot de lunares rojos se lo enfundó
Adolfo Araiz de EH-Bildu, la alcachofa a la combatividad le correspondió a Nuin
de IE, el marmitako foral recayó en Uxue BarKos y el sobre en la muralla para
Ana Beltrán. Una vez realizada la entrega de premios y diplomas, GBai, Bildu,
Podemos y IE se fueron de fiesta. Sin embargo,
el equipo navarrísimo se retiró sumido en el dolor al percatarse de que nadie
de la serpiente multicolor quería confraternizar con él. El lunes, reunidos en
el hotel de concentración, Esparza demostró,
a rueda de prensa (yendo detrás de la prensa), que cuando los ídolos caen del
pedestal se ve que están huecos. Días después, la jefa de UPN suelta que los equipos vascos,
en especial EH Bildu (antes Bildutel Euskadi), habían ocultado en el eje de los
pedales unos micromotores eléctricos, marca Hitler, que si bien ahora les daba
ventaja, mañana acabaría con la Vuelta Ciclista a Navarra y pasaría a ser Vuelta Ciclista a Euskal Herria.
¿Tiene pies y cabeza que Barcina esparza basura de esa manera? Pies sí, cabeza
no. Pero lo que sí parece claro es que Esparza dejó a Barcina fuera por miedo
al doping.
Indurain, Olano, Perico,
Contador... salen fotografiados en algún balcón oficial.
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