Prohibido jugar en la escuela



            Educación ha enviado a las escuelas un documento de 60 hojas en el que se establece el protocolo de prevención y organización de la actividad educativa presencial para el curso que viene. En todas las hojas aparece en mayúsculas la palabra "borrador" por si a alguien se le ocurre pensar, antes de irse de vacaciones, que lo que pone es definitivo. Teniendo en cuenta que hay dos meses de vacaciones por medio, podemos considerar que los 60 folios van a misa y que si sufren alteraciones serán las introducidas por los santos y vírgenes de los distintos pueblos al disponer de tiempo por estar en un ERTE patronal.

            Cuando leo algo oficial que no lleva firma me descoloco porque no sé a quién dirigirme y si es un documento borrador que se pone sobre la mesa para sugerir o proponer mejoras, ni te cuento. Además, en este caso me sorprende que en lugar de explicar abiertamente el proceso seguido y los grupos participantes en la elaboración del borrador, se dedique esta nota (en el texto no aparece ninguna llamada) a pie de página:

 [1] Es preciso agradecer las aportaciones realizadas por los diferentes agentes sociales como son las organizaciones sindicales, las asociaciones de directoras y directores de los centros públicos de Navarra, las asociaciones de los centros concertados, las asociaciones de madres y padres y el Consejo Escolar de Navarra que han resultado enriquecedoras y han dado valor añadido al documento que se presenta. Cabe una mención especial al equipo directivo del CP “Alfonso X el Sabio” de San Adrián cuyas ideas han marcado el eje principal de bloqueo por sectores sobre el que pivota el plan que se presenta.

            Sorprende la indefinición de las entidades participantes, el poco rigor en sus denominaciones (las asociaciones de los centros concertados puede que sean la patronal de los centros privados concertados) y la concreción tenida con el equipo directivo, no con el centro,  Alfonso X el Sabio de San Adrián (el pueblo de Carlos Gimeno Gurpegui).

            Como suele ser habitual, cuando la administración educativa no sabe qué hacer para solucionar un problema recurre a la "autonomía de centro" y pasa el marrón al profesorado.

Este documento será complementado por un Plan de Contingencia del centro educativo. Los equipos directivos nombrarán un docente responsable de referencia para los aspectos relacionados con la COVID-19 que, entre otras cosas, colaborará en la redacción del Plan y comunicará a los representantes del Consejo Escolar que éste determine todas las acciones a realizar, de manera que la comunidad educativa esté informada.

Después de leer el borroso borrador tengo la impresión de que lo han elaborado los gurús de la calidad. Lo digo porque de la misma manera que la calidad es un intento de pasar los criterios de producción empresarial a la escuela, el borrador, el documento en sucio del que hablamos, suena muy parecido.

Una escuela es lo que ahora entendemos que es. Si a una escuela la sometemos a medidas como las que se describen en el documento en sucio deja de ser una escuela y pasa a ser algo totalmente desconocido en el que las criaturas ­se desenvuelven en un entorno extraño y con normas ajenas a su ritmo de vida. Si al profesorado le damos tareas hasta ahora no contempladas, en un ecosistema de trabajo sujeto a medidas imposibles de llevar a cabo, incluso contrarias a las anteriores, pueden llegar a ser una especie de policía sin uniforme con muchos boletos de acabar cantando el Aserejé en el tejado de la escuela.

El documento de 60 hojas surge para luchar contra el coronavirus en los colegios. No nace para establecer programas, métodos y estrategias para educar en tiempos de pandemia y no caer en lo que Tonucci denunciaba cuando decía que no perdiésemos este tiempo precioso, el de la pandemia, mandando deberes. En la página 5 se señalan las razones para confeccionar el borrador:

Ejes principales.

Teniendo como objetivo principal garantizar la seguridad y la salud del personal y del alumnado frente al coronavirus COVID-19, este documento pivota sobre cuatro ejes principales:

- Evitar los contagios 

- Detectar precozmente y aislar los posibles casos que puedan producirse en los centros.

- Conciliar la vida familiar y laboral de las familias, garantizando la adecuada atención en los centros del alumnado.

- Mantener, en la medida de lo posible, el empleo de los distintos sectores implicados en el sistema educativo.

Estos ejes de la carreta escolar hacen de ella un troncomovil o un pedaló de piedra para el tiempo que están en ese espacio que llamábamos escuela. El resto del día podrán ir en patinete o en bici, solos, con sus amigos de otros grupos, correr por las aceras, jugar y jugar hasta romper la pelota o su cabeza. El alumnado va a ser más niño, más libre, fuera de los colegios. En la escuela va a estar sujeto a normas distintas a las de su vida diaria y no establecidas para mejorar su educación.   

Con este borrador puede pasar como con la mayoría de la normativa publicada en el BON o en el BOE, que se acaten, pero que no se cumplan.  O como viene pasando desde el dieciséis, que, además, tengan defectos de forma. Para hacer boca paso el entremés encontrado en la página tres: 

            La puesta en marcha del Protocolo previsto en el presente documento requiere su aprobación por el Gobierno de Navarra, con la consiguiente dotación presupuestaria y el visto bueno de las autoridades sanitarias. Igualmente deber ser consultado con los directores y directoras de los centros públicos y con el sector de la enseñanza concertada y privada de Navarra, en la medida en que afecta a todos los centros educativos de la Comunidad Foral y requiere, asimismo, consulta con las organizaciones sindicales.

Me juego una mascarilla que la partida presupuestaria será mínima y no contemplará las sustituciones a tiempo real del personal docente.


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