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Mostrando entradas de 2022

Oposiciones populistas

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                                               Escuelas del Ave María en Errotxapea. Desconozco el autor. He decidido dejar pasar un tiempo prudencial para no dejarme llevar por la mala leche que me provocó el vocerío surgido contra el profesorado por los resultados de las oposiciones de primaria. Que los maceros de la libertad de elección de centro procesionen orgullosos, en tanto y cuanto se cuestiona, indirectamente, la red pública, no me extraña; pero que los gestores de las oposiciones, socialistas y anejos, no se cuestionen, siquiera un poco, el modelo de oposición aplicado, dice mucho del pobre concepto que tienen de la enseñanza. En un intento de poner los puntos sobre las íes,   infiero que hay dos posibles razones que justifican el constructo educativo. O el personal que se presenta a las oposiciones es ceporro o el sistema de oposiciones es una mierda....

Escalón tras escalón

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Cuando nos daban clases de historia la cosa iba de dinastías, guerras, batallas significativas, fechas y estilos de construcción de índole religioso y pocas veces de civil. Sobre el menú de la gente, sus problemas de salud y cosas por el estilo no nos decían absolutamente nada. Lo que no entraba en los exámenes era mucho más importante que lo teóricamente trascendente del Sálvame Deluxe de los prelados, damas y caballeros de las distintas épocas. No nos contaron de qué moría el personal, amén de pestes plagas y otros castigos divinos (bien es verdad que no sé que se precisa para merecer castigo divino que acabe con la vida). Yo, que soy un conocedor de la historia a nivel usuario, un A1 oral y escrito, cuando pateo por calles, edificios y demás obras humanas pienso en la cantidad de mancos, cojos, descoyuntados, alelaos, tullidos, inhabilitados, paralíticos o de movilidad reducida habrán sido fruto de accidentes domésticos o laborales (en este término de laboral no incluyo las guerras...

Chupinazo gota a gota

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  —El caso es que me suena tu cara, pero no sé de qué —le suelta una mujer a la otra que va a su par. Nado en un torrente rojo y blanco con un larguísimo mingitorio   en la margen izquierda. Deduzco que mean porque nos dan la espalda, tienen las manos ocupadas y miran al suelo. Llueve lo suficiente como para que el aire no se llene de ese aroma tan propio de los sanfermines.   A pesar de haber nacido y criado en un barrio a la orilla del Arga no sé nada de estas fiestas universales y soy incapaz de afirma o negar las definiciones que de ellas hacen los ortodoxos sanferminófilos. No me atrevo a denostar el presente en pro de un falso y cojonudo pasado, como lo hace un orondo PTV que me empuja   como si estuviéramos en los autos de choque. Es un pesado que cuando deja de sonar la batucada que nos arrastra y los gritos y aplausos callan,   él protesta porque las charangas han sido sustituidas por los blocos.   Las boyas que flotan a su lado son de la misma o...

Ya no podré disfrutar con mi madre.

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Cuando decidí hacerme cargo de las clases de alfabetización a un grupo de inmigrantes en situación de exclusión, le comenté a mi madre que no podría ir por la mañana a pasear con ella por Pamplona. En cuanto le expliqué el motivo se puso muy contenta. —Si no aprenden castellano, aquí no serán personas. No te preocupes, cuando vengas a la tarde ya me contarás lo que habéis hecho en clase —dijo entusiasmada porque íbamos a tener tema para hablar. Así fué, me preguntaba si asistían, si hablaban castellano, si iban mujeres, cómo les enseñaba... quedamos que algún día, por junio, con el buen tiempo, iríamos con ellos a tomarnos algo y charlar. Cuando le comenté que la Administración no les quería matricular en una escuela oficial y que no podían acceder a cursos de formación profesional, no le entraba en la cabeza. —¿Y qué hacen los del PSOE ? No es posible que habiendo gente que quiere aprender, los que tienen la sartén por el mango no les den clases. No ya por obligación cristiana de ...

Colorín, colorado...

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             A la vez que Vigo se convertía en el faro del mundo y el Gobierno de Navarra declaraba sin ruborizarse que somos de colores, se me ponía el cuerpo como cuando los bancos dicen que me aman o las eléctricas le pasan la pata a Greenpeace robándole el arcoíris. No tengo arreglo, ya lo siento, las campañas oficiales me dejan como los abrazos del vecino en San Fermín.             La melonada de que somos de colores lo puede ver cualquiera. Salta a la vista que el color de la piel de la raza humana es un fenotipo llamativo al que algunas personas lo elevan a la categoría de genotipo excluyente. Somos de colores, ¿y? El problema no es si somos de colores; el problema es si esos colores están siempre en su bote y en la estantería o si todos tienen las mismas posibilidades de lucir en cualquier lugar del lienzo. El problema está en si las instituciones ponen la escalera de la educación, el aer...