desde tailandia por Helsinki





Este año decidimos irnos a la Conchinchina, pero toda la alegría que siempre ponemos en nuestro empeño por conocer mundo, en esta ocasión se nos ha cercenado por la salud de Mari Cruz. Vaya por delante que nuestra mente y parte de nuestro corazón se han quedado en Pamplona mucho más que en otras ocasiones. El otro día me comentaba Txema Berro que no se debe viajar más allá de los veinte kilómetros porque el alma de cada uno, más allá de esa distancia, le cuesta mucho reencontrase  con la mente y el cuerpo. Conociendo a Txema y su sentido del humor, más allá de la licencia del alma y la distancia, le doy la razón en que partir es morir un poco y siempre dejamos parte de nosotros en el mundo de partida. Nos rompemos en trocitos más o menos grandes y  nos cuesta reconstruirnos.  Yo, particularmente, me rompo en un trozo grande, enorme, con Asier y otros más pequeños con mi madre y mi hermana. Los amigos también dejan sus heridas, pero son de otro carácter, son más en plano de igualdad. Lo que nunca pensamos es que Mari Cruz, Dani, Ekais y Enara no iban a poder cumplir sus deseos de viajar a India y Panamá. Otro año será.

 Salimos de Madrid para Helsinki, “Er Sinki”, porque el billete para Bangkok nos salía más barato y además nos interesaba estar tres días en la capital de las tierras del fin, Finlandia. Con el añadido de que por estas fechas no se pone el sol, igual que con Felipe II. Y como somos del gremio de la tiza (joder, que viejo soy) igual se nos contagia algo de su buen rollo PISA. Tanto ponerlos como ejemplo me están llegando  caer mal. Ya sé que ellos no tienen la culpa, pero tampoco son inocentes, joder. Que nos están haciendo creer, los jodidos jefes, que somos tontos del culo para arriba y del culo para abajo inútiles tanto compararnos con los jodidos finlandeses.
Llegamos a las dos y media en Er Sinki, una menos en la península y dos en  Canarias, justo cuando se terminaba el partido de futbol. Todo estaba cerrado, pero en una tele cercana a las cintas de recogidas de equipaje, pudimos ver el resultado. Samba tres, flamenco cero. Para el hotel en taxi ante la indiferencia del personal que nos rodea y la luz del sol que no se va.  A pesar de todo, lo veíamos claro: el futbol en Finlandia no interesa.
En el avión nos coscamos de que somos diferentes pero no tanto: ellos hablan finés y nosotros practicamos fitnes.

El lunes nos paseamos bajo un sol que al ojo se lo vieran en Pamplona. Hemos venido tomates perdidos, contentos y un tanto cabreados porque no pillamos internet y no podemos ilustrarnos con la wiki. Nos han surgido dudas idiomáticas del tipo: las tiendas donde venden prensa se llaman KIOSKI, como si fuesen kioskos del EROSKI. Los letreros de las calles están en dos idiomas y en Iruña, no. Aquí en finés y en sueco, jódete.  Katua debe ser calle. Ya sé que en euskera es el gato, pero es que en los rótulos aparece, pongamos por caso: Aliciankatua en finlandés y debajo Aliciagatan. Cosas del lenguaje esw como si lo pusieran en euskera y en castellano. No te jode. Si es que nos dan ejemplo en Finlandia hasta en eso. ¿Así cómo vamos a dar nivel en PISA? Desde mañana, que no se me olvide, Navarra pasará a denominarse Navarlandia. Por algo se empieza.

Bueno, también tienen sus contradicciones y melonadas como si fuesen de sur. En la puerta del ascensor pone: 6 henkiloa (persona) 450 Kg. En el marco de la misma puerta: 6 henkiloa 480 Kg, Visto lo visto, no es oro todo lo que reluce, y los de los ascensores en mate y lengua dieron un nivel de caca de la vaca.

Hemos comido bastante bien por diez euros por persona de país en nivel medio bajo en PISA. La gente, en los puestos del mercado compra guisantes frescos y se los tapiña. allí mismo. Y curioso, las fresas, guisantes, cerezas… se venden a tanto por litro. Llenan la jarra y listos. Toma mediadas de capacidad y peso. El caso es que en esos puestos puedes pagar con tarjeta los cinco euros que te cuesta un litro de cerezas of España.

Hemos pateado lo nuestro por lo que se considera lo más llamativo de Er Sinki y no está mal. Hay buen transporte público y te desplazas fácil en tranvía, bus y barco.

Zarra y yo nos hicimos una sesión de sauna muy chula.

Ahora estoy escribiendo en el avión que nos lleva a Bangkok con un jodido crio francés que no para de patear el respaldo de mi asiento. Le voy…

Le he tapado con mi cojín de cabecera la pantalla de la televisión que hay en mi respaldo y ha montado en cólera. Su madre le ha dicho algo y ha dejado de patearme. Menos mal. Bueno borra lo dicho. Voy a darle con el cojín a la madre y al crio…

No ha hecho falta tanto. Ha bastado con una mirada asesina a la madre.

Ya seguiré contando cosas. Buenas noches, días o lo que sea.

 

 

 

 

 

 


Este año decidimos irnos a la Conchinchina, pero toda la alegría que siempre ponemos en nuestro empeño por conocer mundo, en esta ocasión se nos ha cercenado por la salud de Mari Cruz. Vaya por delante que nuestra mente y parte de nuestro corazón se han quedado en Pamplona mucho más que en otras ocasiones. El otro día me comentaba Txema Berro que no se debe viajar más allá de los veinte kilómetros porque el alma de cada uno, más allá de esa distancia, le cuesta mucho reencontrase  con la mente y el cuerpo. Conociendo a Txema y su sentido del humor, más allá de la licencia del alma y la distancia, le doy la razón en que partir es morir un poco y siempre dejamos parte de nosotros en el mundo de partida. Nos rompemos en trocitos más o menos grandes y  nos cuesta reconstruirnos.  Yo, particularmente, me rompo en un trozo grande, enorme, con Asier y otros más pequeños con mi madre y mi hermana. Los amigos también dejan sus heridas, pero son de otro carácter, son más en plano de igualdad. Lo que nunca pensamos es que Mari Cruz, Dani, Ekais y Enara no iban a poder cumplir sus deseos de viajar a India y Panamá. Otro año será.

 Salimos de Madrid para Helsinki, “Er Sinki”, porque el billete para Bangkok nos salía más barato y además nos interesaba estar tres días en la capital de las tierras del fin, Finlandia. Con el añadido de que por estas fechas no se pone el sol, igual que con Felipe II. Y como somos del gremio de la tiza (joder, que viejo soy) igual se nos contagia algo de su buen rollo PISA. Tanto ponerlos como ejemplo me están llegando  caer mal. Ya sé que ellos no tienen la culpa, pero tampoco son inocentes, joder. Que nos están haciendo creer, los jodidos jefes, que somos tontos del culo para arriba y del culo para abajo inútiles tanto compararnos con los jodidos finlandeses.

Llegamos a las dos y media en Er Sinki, una menos en la península y dos en  Canarias, justo cuando se terminaba el partido de futbol. Todo estaba cerrado, pero en una tele cercana a las cintas de recogidas de equipaje, pudimos ver el resultado. Samba tres, flamenco cero. Para el hotel en taxi ante la indiferencia del personal que nos rodea y la luz del sol que no se va.  A pesar de todo, lo veíamos claro: el futbol en Finlandia no interesa.

En el avión nos coscamos de que somos diferentes pero no tanto: ellos hablan finés y nosotros practicamos fitnes.

El lunes nos paseamos bajo un sol que al ojo se lo vieran en Pamplona. Hemos venido tomates perdidos, contentos y un tanto cabreados porque no pillamos internet y no podemos ilustrarnos con la wiki. Nos han surgido dudas idiomáticas del tipo: las tiendas donde venden prensa se llaman KIOSKI, como si fuesen kioskos del EROSKI. Los letreros de las calles están en dos idiomas y en Iruña, no. Aquí en finés y en sueco, jódete.  Katua debe ser calle. Ya sé que en euskera es el gato, pero es que en los rótulos aparece, pongamos por caso: Aliciankatua en finlandés y debajo Aliciagatan. Cosas del lenguaje esw como si lo pusieran en euskera y en castellano. No te jode. Si es que nos dan ejemplo en Finlandia hasta en eso. ¿Así cómo vamos a dar nivel en PISA? Desde mañana, que no se me olvide, Navarra pasará a denominarse Navarlandia. Por algo se empieza.

Bueno, también tienen sus contradicciones y melonadas como si fuesen de sur. En la puerta del ascensor pone: 6 henkiloa (persona) 450 Kg. En el marco de la misma puerta: 6 henkiloa 480 Kg, Visto lo visto, no es oro todo lo que reluce, y los de los ascensores en mate y lengua dieron un nivel de caca de la vaca.

Hemos comido bastante bien por diez euros por persona de país en nivel medio bajo en PISA. La gente, en los puestos del mercado compra guisantes frescos y se los tapiña. allí mismo. Y curioso, las fresas, guisantes, cerezas… se venden a tanto por litro. Llenan la jarra y listos. Toma mediadas de capacidad y peso. El caso es que en esos puestos puedes pagar con tarjeta los cinco euros que te cuesta un litro de cerezas of España.

Hemos pateado lo nuestro por lo que se considera lo más llamativo de Er Sinki y no está mal. Hay buen transporte público y te desplazas fácil en tranvía, bus y barco.

Zarra y yo nos hicimos una sesión de sauna muy chula.

Ahora estoy escribiendo en el avión que nos lleva a Bangkok con un jodido crio francés que no para de patear el respaldo de mi asiento. Le voy…

Le he tapado con mi cojín de cabecera la pantalla de la televisión que hay en mi respaldo y ha montado en cólera. Su madre le ha dicho algo y ha dejado de patearme. Menos mal. Bueno borra lo dicho. Voy a darle con el cojín a la madre y al crio…

No ha hecho falta tanto. Ha bastado con una mirada asesina a la madre.

Ya seguiré contando cosas. Buenas noches, días o lo que sea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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