Sé lo que hicisteis el último verano.
El pornoperiodismo está que no
para. Nos meten primerísimos planos para realzar un asunto, aumentar el tamaño
o eternizar un meneo. Lo importante es lo importante y el contexto es ropaje
que enturbia lo importante, que diría el velocista Mariano.
A las izquierdas, cuando empezamos
con esto de la democracia, las vituperaban por lo que hicieron, dijeron o
dejaron de hacer en el pasado y por asuntos de índole personal. Sin embargo, a la derecha le perdonaban su franquismo, sacralizaban
a sus personajes y protegían las instituciones con códigos almibarados de lo
políticamente correcto. Si hubiera habido internet, seguramente, la historia
habría sido otra. Ahora le toca a Podemos. Como no tiene presente amplio de
gestión pública y la derecha está sentada en el banquillo, los porpes (pornoperiodistas
es muy largo) hurgan en el pasado de las personas que ocupan cargos de
responsabilidad con la "pretensión" de aclarar, sacar a la luz,
desenmascarar... a la vez que se autoproclaman jueces de la moral, azote de
pecadores, catedráticos de la honradez y servidores de la democracia. Pocas son las pelis porno de ABC, La Razón,
El Mundo, El País y las cadenas de radio y televisión afines que pasan los
trámites judiciales para los Goya. Cuando lo hacen, como en los casos de
Guillermo Zapata y Rita Maestre, no consiguen ni diploma. Aunque a punto han
estado de meternos porno por liebre con una peli elaborada en los estudios de
Fernández Días. Afortunadamente, un miembro del equipo de guionistas grabó entre
bambalinas y destripó el montaje del bodrio "La catalana caliente y sus bomberos".
No quiero valorar si lo de
Echenique con su asistente o lo de los wasaps de Iglesias con Monedero sobre
Montero es inmoral, ilegal o estúpido si antes no se contextualizan los hechos,
se mencionan las fuentes de información, las razones de la investigación, las
fechas y otra serie de cosas como las explicaciones de los personajes de la
trama.
No quiero emitir un juicio público,
incluidas las redes sociales, sobre nadie en casos de actuaciones hechas cuando
eran personas sin responsabilidad política alguna. Tampoco quiero cotillear
sobre sus actuaciones si no tienen consecuencias dañinas para la sociedad en
general, para un colectivo en particular o irreparables para una persona en
singular. Y si son cosas que se solucionan con una multa, que la paguen.
No quiero tragarme lo que los
porpes ponen en pantalla. Es más, si el director no me gusta no veo la peli por
mucho que se empeñen. Paso. Tengo la certeza de que hay más publicidad que otra
cosa.
No es normal que teniendo pelis
de intriga, de polis, de juzgados, históricas, de misterio, sociales... protagonizadas
por insignes actores y actrices de la política nos pongan porno con pretensiones
de arte y ensayo.
Bueno, igual he sido un poco exagerado
utilizando el cine porno como ejemplo. Ahora pienso que es más parecido al cine
de destape de los setenta. Al fin y al cabo son los mismos directores.
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