Ley de vivienda PAH (II) La transparencia



El estudiantado de ESO cursa estudios obligatorios que se supone le capacitan para seguir formándose a lo largo de la vida, pero la mayoría de los conocimientos que adquieren son sobre materias o técnicas con carga fundamentalmente teórica y absurdamente memorística. Ese alumnado, tarde o temprano, llegará a enfrentarse a operaciones bancarias de vital importancia y a la más dura, la hipotecaria, con una formación escasa o nula que le servirá al banco para seguir practicando el timo de la estampita. El significado de la palabra hipoteca, lo que está oculto, escondido debajo del cajón,  sigue siendo válido en el siglo XXI.
Es urgente que nos dotemos de una ley que evite los abusos de los bancos, que haga real el derecho a la vivienda y que implique a las administraciones en satisfacer ese derecho básico y, sobre todo, que no condene a las personas más vulnerables. En estos tiempos la transparencia debe ser la base de cualquier ley y de cualquier forma de actuación de tal manera que no se dé el engaño o la ocultación. La ley debe contemplar:
Dación en pago. Es la madre del cordero. Su no existencia es un factor que favorece la especulación y la usura bancaria ya que el banco puede inflar precios y prestar más dinero que lo que realmente vale la vivienda. Hoy, en España no existe. Si no puedes pagar la hipoteca, no solucionas el problema diciéndole al banco: toma las llaves y en paz. Hoy se queda el banco con la casa y le debes el treinta por ciento del valor de tasación más todo los gastos de juzgado, impagos, etc. Ni que decir tiene que queremos que la ley contemple la dación en pago con carácter retroactivo para que los miles de afectados tengan una segunda oportunidad.
Alquiler asequible. La compra de vivienda no debe ser la única opción. La regulación del mercado de alquiler en esta sociedad con gran movilidad de población, de inestabilidad laboral y de rápidos cambios de consumo, debe ser tenida en cuenta en tanto y cuanto la compra de vivienda puede ser un hándicap para el desarrollo de una vida plena.
Stop desahucios. El desahucio de la única vivienda es el acto más cruel del mercado. Afecta a todas las personas que la habitan y las condena a la exclusión, a la calle, al desarraigo, a la ruptura con su pasado reciente. El cuaderno de vida de cada unas de las personas afectadas se rompe. Todo lo vivido se emborrona, se llena de culpas y las páginas por escribir se empapan de miedo.
La Administración Pública debe establecer una moratoria sobre desahucios, un sistema de realojos y alquiler social que implique a los bancos en las necesidades habitacionales.
Vivienda social. A semejanza de otros países europeos necesitamos un parque público de vivienda y un programa de alquiler social acorde a los ingresos familiares. Las administraciones deben reservar fondos para paliar las necesidades habitacionales de la población en peligro de exclusión.
Suministros garantizados. Los suministros de luz, agua y gas son servicios básicos y públicos que deben estar garantizados por el estado por medio de una tarifa social en función de la capacidad adquisitiva. De la misma manera, debe contemplarse la obligación de las suministradoras a asumir los costes de consumo de las familias que no puedan pagar.

Cinco puntos a contemplar en una ley de vivienda que suponga la plasmación de un derecho básico y necesario para consolidar otros derechos que permitan llevar una vida digna a toda la ciudadanía. 

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