Inteligencia artificial sapiens

 


Viviendo lo que pasa por el mundo, lo de la malignidad de la inteligencia artificial no me preocupa nada. Es más, albergo alguna esperanza de que mejore la inteligencia natural. Aunque, si bien es cierto que la artificial es producto de la natural y eso marca su nacimiento, espero que la IA se ajuste a la razón y no sea tan tonta como la natural.

La inteligencia natural o la idiotez, según Carlo M. Cipolla, se puede explicar con unas coordenadas cartesianas en el que el eje horizontal es el beneficio propio  y el vertical es el ajeno. Con esta expresión gráfica queda claro que la inteligencia inteligencia es la que actúa en pro del beneficio ajeno y del propio, cuadrante I; en el caso opuesto, cuadrante III, está la idiotez, en la que la razón no existe y las acciones no tienen ni pies ni cabeza porque no persiguen ni el bien propio ni el de la comunidad y es imposible prever o controlar; el cuadrante II es el de los pagafantas ya que benefician a los demás y se perjudican a sí mismos; y el cuadrante IV es el de la maldad, la acción criminal que busca el bien personal jodiendo al prójimo.

Todo lo anterior se suele atribuir a las personas, no a las corporaciones, países o entidades porque se entiende que son frías y sin sentimientos que nublen sus entendederas hasta actuar en  el cuadrante dos o tres, como los humanos. Sabemos que el homo sapiens ha creado unos servicios de inteligencia natural como la CIA, el Mossad, el CNI o el MI6, que son las organizaciones más peligrosas del mundo mundial porque son las que persiguen el bien del país que les paga a costa del mal ajeno, y ahí las tenemos, trabajando con impunidad en el sector IV. Por lo tanto, no es de extrañar que al mencionar la IA te aparezca un poder oculto, un algoritmo cabrón, que, lógicamente, te va a quitar hasta el mondongo y te va a esclavizar porque está al servicio de una empresa, de un banco, de Musk o de unos piratas cibernéticos. Sabes que no son ni idiotas ni pagafantas ni operan en el cuadrante uno. Recuerda que esas empresas o entidades gastan un pastón en publicidad para hacerte creer que todo lo hacen por la comunidad. Un banco se desvive por el amor que te tiene; las iberdrolas piensan en verde; los empresarios crean empleo; las entidades montan fundaciones para ayudar a los pobres o a los enfermos; hay guerras pacificadoras y justas. Pero recuerda que esa peña que se publicita  quiere cargarse los impuestos a fin de que ese dinero baya a sus bolsillos.

La caracterización de la IN como personal, controlable y buena, frente a la IA como sobrehumana, intocable y mala, es un error en tanto y cuanto serán buenas o malas según la causa a la que sirvan. No creo que una sentencia judicial dictada por una IA  pueda ser peor que la de un juez patibulario o que un diagnóstico médico y su tratamiento emitido por la IA sea más incierto que el que plantea una doctora. Es más, tengo entendido que en sanidad echan mano de la IA mucho más que en el gremio de los peluqueros, por ejemplo. Y si pensamos que Núñez Feijoo, Abascal, Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Felipe VI, pueden encargarle a la misma IA un discurso acorde a sus ideas, en un castellano correcto o en un euskera  de la leche, ¿por qué no podemos echar mano de la IA para elaborar un menú tres estrellas con las sobras que duermen en el frigo, confeccionar un currículo impresionante, descifrar la factura de la luz,  presentar la programación anual de matemáticas con su librico de texto y sus fichicas o mandarle a la pareja una solicitud de divorcio que haga llorar a Clint Eastwood, ¿por qué no?

Como la IA ya está aquí para siempre y creciendo en capacidad e inteligencia, veo necesario que se enseñe a utilizar la inteligencia artificial, la natural hace tiempo que se cayó del currículo por falta de criterios morales, a fin de no meter la pata o que la IA malvada te amargue la vida. Esa enseñanza no tendría que ser solo de teclear, sino de usar la cabeza para actuar en el cuadrante uno. No sé, algo parecido a aquello que se llamaba ÉTICA, pero con inteligencia.

Lo peor es que la IA nos va a pillar como idiotas y pagafantas, ¡ya verás!

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