Cargo borriquero o mariano
El cargo borriquero o mariano es una especie muy arraigada en el sur de Europa. El nombre ‘marianum’ hace referencia al sistema montañoso de Sierra Morena (denominada también cordillera ‘Mariana’) famosa por sus bandoleros y por sus chorizos. No tiene nada que ver con Mariano, aunque, sincero como es él, prometió acabar con los cargos borriqueros personales y amén de aumentarlos, lo que está haciendo es cargarse los servicios públicos para privatizarlos y dar el paso definitivo en la culminación del borriquerismo que no es otra cosa que entregar el campo público a las carderas privadas. En este Kingdon of Navarre la versión es más mariana que en el de Spain. Es más de confesionario, de hermandad y eclesiástico. Si consideramos el alto nivel de estos componentes y el pequeño tamaño del reino, el cargoborriquerismo foral es de un celestial muy por encima de lo tolerable.
El cargo borriquero arraiga en medios ricos en urea y otros compuestos de nitrógeno. Se localiza en las cercanías en estercoleros, meaderos y cochiqueras. Es decir, la putrefacción política, el amiguismo, la cooptación, el nepotismo y el navarrismo son propicios para que los cargos borriqueros proliferen. Gobierno, ayuntamientos, empresas públicas o privadas pagadas con fondos públicos son su hábitat. No aparecen en lugares limpios y transparentes.
Pongamos un cardo politequero nombrado digitalmente por Barcina. Ese cardo, que no quiere o no sabe de sus competencias, pasa a un número indefinido de borriqueros a la categoría de cargos y subcargos para que le rodeen y, si las cosas vienen mal dadas, le protejan. Esos borriqueros son desconocedores de la movida, no son trabajadores, mayoritariamente, de la función pública y su interés es encargarse de un cargo sin carga. Hay cargos borriqueros que han sido cargos en el gobierno y en el ayuntamiento con un dominio tal del carguismo que les hace doctores en cargología. Su misión es estar, ocupar un lugar en el espacio, pinchar, ensuciar el campo para que nadie interrumpa los sueños del cardo politiquero y joder al personal que se acerca. Los cargos borriqueros también son conocidos como pakistanís porque nadie sabe pa’qué están.
La cargo borriqueritis es una enfermedad que nos cuesta un dineral y, mira por donde, los cardos politiqueros de turno no hacen nada para acabar con ella. Pero para cargarse a los trabajadores y trabajadoras de la función pública no se cortan ni un pelo. Un paso más hacia el borriquerismo.
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