Apariciones
Te parecerá mentira, pero es verdad. Ayer, cuando iba a por el pan me encontré con Rajoy. Me quedé un poco mosca porque uno no se encuentra a tal personaje así como así por la calle, un domingo. Le acompañaba una mujer bajita, que supuse sería su amiga, su compañera, su yo qué sé.
El caso es que me quedé cortao y le saludé en plan mayestático con un ¿Qué?, ¿cómo vamos? Se queda mirando al infinito y me dice: “Paseando como Dios manda. Haciendo lo que tenemos que hacer –dijo sonriendo a su compañera y arreándole un achuchón-. Es que si hacemos lo que tenemos que hacer saldremos y si no hacemos lo que tenemos que hacer, no saldremos. Por eso salimos, mire usted. Eso sí, lo nuestro es temporal.
-Ya. Pues yo voy a comprar el pan.
-¿El pan? –me preguntó sorprendido-. Nosotros compramos chuches y mira que le dije al dentista que no iba a comer dulces ni fumar puros, pero si hay que comer se come y se hay que fumar se fuma. Si como, como; si no como, ajusto la glucosa, redistribuyo y redimensiono al alza el IPC del servicio médico sin aumentar los gastos de la seguridad social. Una verdad verdadera de la verdad que toda persona de buen corazón sabe. Bueno, pero es temporal. El puro lo dejo temporalmente ya que me dura lo que me dura.
-“Jódete” –pensé-. “Este tío está como una puta cabra”. “Éste no está bien”.
La mujer, que iba aferrada a la cintura de Rajoy, le miraba embelesada. Se le echó encima trepando por su cuerpo, comiéndolo a besos y metiéndole mano en el paquete. La pasión y el ardor que ponía estaba claro que era porque lo dicho le ponía. Rajoy la aupaba cogiéndola del culo, con las dos manos, como un harrijasotzaile. No sabía dónde meterme y me fui corriendo a la panadería.
-Buenos días. ¿Una campesina y media de churros? -me preguntó el panadero nada más verme entrar.
-Buenos días. Sí. Bueno. No. Ponme una de churros.
-Estás acelareao. ¿Vienes corriendo? Tenéis invitados, ¿no?
-No. Que no sé. Que tengo un susto en el cuerpo, que me he quedado jodido. Te parecerá mentira, pero me he encontrado con Rajoy, tú.
-Vaya. Otro. A ver, chicos –dijo el churrero para llamar la atención de unos parroquianos que estaban tomando chocolate en las mesas de la cafetería-. Éste también se ha encontrado con Rajoy.
-¿Iba con un tío calvo de gafas? ¿Con una tía rubia de pelo liso? ¿Te ha contado la verdad de la mentira? ¿Tenía el pelo teñido de caoba o de rubio platino? ¿Iba con pantalón corto y camiseta? Seguro que te ha anunciado la buena nueva y tú no te has coscao –fueron diciendo desordenadamente los parroquianos.
-Mira. Lo que me extraña de tu caso es que se te haya aparecido a la mañana. A mí y a esos- señaló con un gesto de cabeza hacia los clientes- se nos ha aparecido de noche. Todas las que conozco fueron entre las dos y las tres. A mí se me apareció un sábado después de cerrar el bar. Iba para casa, y detrás del árbol ese gordo, el platanero, se me vino encima una luz blanca que parpadeaba y, zas, con una túnica de raso azul, Rajoy. Me acojoné. Se me acercó, me puso la mano en el hombro (yo no me atrevía ni a mirarle) y me dijo: “He venido a salvaros. Sé que va a ser doloroso y que no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante, y, por eso, todo lo que haga será temporal. La alemana aprieta, pero no ahoga. A partir de ahora te nombro tonto del culo y del mes de marzo. A esos -dijo señalando a los que tomaban café- los nombró de otros meses. Y dicho eso me dio dos tortazos que me dejó jodido. Hoy es el día que aún me duele y estamos en Mayo. Ya no he vuelto a pasar porque tengo miedo que me vuelva a aparecer y me nombre tonto del haba del mes que sea; y con las dos hostias me atonte para toda la vida.
-Joder. Me dejas de piedra. Os ha pasado a todos y yo no tenía ni puta idea.
-A ver. Al primero que le pasó, a Julián, se lo tuvo callado hasta que Paco vino un día con un pedo de tres pares y se lo contó. Yo estaba dándole a los churros y les escuché. Al tiempo se sumó otro y otro y yo y ahora tú…pero no lo hemos contado a nadie. ¿Vas a ir contándolo por ahí? No jodas. Te toman por loco. Paco dice algo y se parten el culo, como cuando cuenta otras chorradas. Porque a Paco, tío, se le apareció de rubio platino, con taconazos, como una drag queen. Si pensó que se había escapao del puticlub y fue a enredarle. Para empezar le soltó dos hostias, lo contrario que a mí, y le dijo algo así como: “Sé que te ha dolido, pero no he tenido otro remedio. He venido a salvaros a limpia hostia. Te nombro tonto temporal del mes de febrero. Te comunico que subiré el IRPF”. Y toma que lo subió. Nosotros lo sabíamos antes que nadie. El caso es que lo de tonto temporal aún no se le ha pasao.
-Bueno, bueno. Pues habrá que callarse. Aunque a mi no me ha pegado, ni nombrado tonto de nada.
-Lo tuyo es un poco raro y me llama la atención de que no te haya soltao dos leches y te nombrase tonto de mayo. No sé, pensaré en tu caso. Me he hecho un especialista y así como otros han caído en la red, nosotros estamos un poco escépticos.
-¿Qué te parece, eh? No me digas que no es la leche. Me voy a volver loco.- le digo a Sara que ha estado todo el rato escuchándome entre aturdida y serena.
-Te entiendo perfectamente. A mí, cuando estaba en el garaje recogiendo las bolsas de la compra, en la furgo, se me apareció la Merkel.
-¿Qué? ¿La Merkel en el garaje? ¿Y qué pintaba en el garaje una tía así?
-No sé, pero como la furgo es alemana igual se ha colado por hondas electro no sé qué?
-¿Y?
-Nada. Me dijo unas cosas con tono hitleriano y cuando me iba a soltar una torta me aparté y llamé a mi hermana. Puse el móvil en manos libres y mi hermana (Reyes, la hermana de Sara, hizo filología alemana en Salamanca) traducía lo que decía la Merkel y lo que decía yo. Tuvimos algún problema porque en el garaje no hay buena cobertura.
-¿Y?
-Terrible. Iba de cantinera alemana, con unas tetas tremendas en las que apoyaba las jarras de cerveza. Y me decía: “Te vas a tomarr lo que yo mande” y dale. Una cerveza y otra, y otra. “La crisis anterriorr la arregló Alemania con una guerra guarra. Ahorra la vamos a arreglarr con cerrvezas y Frankfurrt hasta rreventarr de colesterrol y espuma. Vais a mearr porr los ojos”. Y eché a correr.
- No me lo explico. Esto es una locura. ¿Por qué no me contaste nada?
-Porque pensé que era una pesadilla y no le di más vueltas. Pero ahora que me lo cuentas ya le empiezo a encontrar explicaciones. Estas apariciones marianas y angelicales son la muestra clara de que estamos ante una nueva era. Es la refundación del capitalismo. Aparecen como seres superiores, bíblicos. Y de la misma manera que la Virgen se aparecía en árboles, columnas, ríos, montes y pozos; ahora Rajoy y la Merkel se aparecerán en sitios del mismo pelo. Están buscando apóstoles para propagar por el mundo el mensaje de que somos tontos y que nos vamos a consumir consumiendo. Están abduciendo al personal por la tele. Nos lo van a meter doblada, por lo civil o por lo militar.
- ¿De dónde sacas esas teorías?
-Que me acuerdo del temario de oposiciones. El psicoanálisis y todo eso.
-Ya. ¿Y a nosotros por qué se nos han aparecido de día?
-Yo creo que porque no salimos de noche. Además nos hemos pirao a toda leche. Bueno, y que no han acertado con la música. En mi caso me pusieron Die Walküre, que se oía fatal. El garaje no reúne condiciones. ¿Y a ti? ¿Te pusieron música?
-Sí. Paquito el Chocolatero.
-No te digo. Siempre nos quedará París
-O Andalucía.
Chinchorro del alma, ten cuidado con lo que tomas que tus alucinaciones son contagiosas. Un brazzo...
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