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Mostrando entradas de 2010

Benedikto XVI eta Rouko I VS Una pareja desconocida.

Bene eta Rouko pertenecen a la empresa AKPE (traducido del latín algo así como Asociación Katólica de Pelotaris Eklesiásiticos) fundada hace unos 1976 años por una cuadrilla de pescadores vascos, que con el tiempo pasó a ser una multinacional debido al empuje, entre otros, de un brazo armado liderado por Iñaki fron Loyiola y militantes renombrados como Txisko de Xabier que fueron entrenados en Francia. Benedikto es un zaguero que juega con las dos manos, pero con poca pegada y que utiliza mucho las losas altas del frontón para llegar lejos. Sus pelotazos caen como del cielo y se responden fácilmente. No obstante, aburre al prójimo y a los mismos espectadores. Está en sus últimas temporadas, pero tiene inspiración divina y eso le vale para llenar los CIVIDIOX. Rouko I es un delantero ratonero, sin izquierda, que revuelve la grada con sus violentas muestras de irracionalismo, y es el complemento ideal de Bene. Su juego es tradicional y de las JONS, pero muy al gusto de los pelotazal...

Miedo

Hace unos quince años se compraron una unifamiliar adosada con jardín por delante y por detrás. Era muy a la americana y formaba parte de una urbanización en forma de óvalo con jardines comunes y piscina en su interior. Estaban, según la publicidad, a diez minutos del centro de la ciudad, en plena naturaleza. Unos campos de trigo ponían el tono de Vincent van Gogh y una vaquería, a unos trescientos metros, el aroma a eau de fiemé número cinco. El insistía en que el piso se había quedado pequeño, que no podía invitar a sus compañeros de trabajo, que los niños, tres mocosos adictos a los videojuegos y dibujos japoneses, necesitaban espacio. Ella no lo tenía muy claro. Estaba confusa. Sus amigas vivían cerca, también su madre y todo el día se movía por los sitios sin tener que coger el coche urbano que él se empeñó en comprar. Bueno, se empeñó en el modelo; ella eligió el color y los complementos del interior. No te preocupes. No vamos a perder dinero. En caso de que nos vaya mal lo ...

No entiendo ni papa

Cada día se me hace más difícil ir a la compra. Y si cambio de tienda ya no te quiero ni contar. Los supermercados se convierten en zona hostil y los hiper son la mundial. Comprar unas patatas o un simple jabón de lavadora es como realizar un test de inteligencia. Hay momentos en los que miro a todos los lados para cerciorarme de que no hay nadie tomando nota sobre mi elección. De diez opciones una es la verdadera. Las marcas son un mundo, pero los productos de cada una de ellas son una galaxia. Patatas viejas, jóvenes. para freír, para guisar, blancas, oscuras, rojas, redonditas, en bolsas de tres o cinco kilos, a granel... ¿Qué cojo si mis armarios son pequeños, como poco en casa y me he educado en una familia obrera, eh? ¿No pueden vender patatas normales, para todo? Unas todo terreno que no se conviertan en alienígenas a la semana de dormir en el cajón. Gran parte de la culpa de este caos la tienen las cadenas de televisión. Todas tienen un cocinero que promete enseñar a cocinar...

Lorca

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Son las cinco de la tarde en Ganada. Cae un sol de injusticia a las cinco de la tarde. Hemos quedado con Luque para ir a una tetería. Por el camino nos encontramos a un niño feliz borrando la pizarra donde se anuncia el menú de un restaurante que está en una pequeña calle perpendicular a una vía principal. Pasa la mano con frenesí mientras sus padres discuten con un plano en la mano. Él les llama para que vean su labor pero ellos no le hacen ni caso. Por la misma calle pasan grupos de muchachos dirigidos por uno o dos capuchinos vestidos con rigor. En el último grupo va un capuchino con su hábito marrón y unas deportivas de marca, blancas inmaculadas a las cinco de la tarde. Jesús y Mari nos reciben con los brazos abiertos y nos presentan a su amiga Inés, vecina del Sacromonte. La tetería es coqueta  con un punto hippy. La tarde transcurre lenta y amena. Inés nos cuenta su experiencia vital como alumna de las escuelas del Ave María, las del Padre Manjón. Con el sol en huida ...

El original

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Hace años lo hice a mano, en blanco y negro. En Granada retomé el tema y Sara me ayudó para ponerlo con técnicas de GIMP.

Compañía

Córdoba. Son las diez de la mañana de un domingo de agosto. Las calles están vacías. Por fin encontramos una terraza abierta donde tomarnos un café con tostadas de aceite. Enfrente de la cafetería, haciendo esquina hay una "Residencia de mayores" según reza la publicidad colocada en la tapia acristalada. Repetidamente aparece el nombre de la residencia y carteles de mayores saludables y sonrientes que dejan vislumbrar el patio interior tras un velo azul pálido. Un anciano muy distinto a los de la publicidad asoma la cabeza oteando la libertad, la nada o la soledad que trasmite la gran avenida que le rodea. En la terraza del café una pareja se hace acompañar de dos perrazos siberianos que pugnan por ocupar la sombra de una tapia. En otra mesa dos mujeres hablan entusiasmadas. Una de ellas, entre risa y risa se aplica a dar de comer trocitos de bollo a un conejo de cabeza enorme que se asoma desde un bolso colocado en  una silla cercana. E...

Chucho

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Salgo a pasear al perro de los sobrinos canarios de Sara. Es un bóxer, suena a calzoncillos, un tanto original a tenor de su historial cerca de Saramago, allá en Lanzarote. Lo meto en el retrete perruno que hay en la plaza Antonio Canales. Es el único perro que hace sus cosas en el cercado de madera habilitado para canes. La niña pija con perro de su misma condición, el señor respetable con perro de vista cansada, el amigo de los animales que aparece en la plaza; todos, absolutamente todos, dejan que sus chuchos se cisquen en los jardines pochos y caros de la plaza. Hace un calor que deshace la brea y salvo algún guiri con cara de despistado, el único mameluco soy yo, bueno, y Key, que es como se llama el baboso que me trae a mal andar. Le animo para que se de prisa, pero por la cara que pone deduzco que no me entiende nada. Paso a ser más expeditivo y le vuelvo a colocar la correa cuando se acerca a la puerta. Camino de casa y viendo más de una cagada me compadezco del animal y dec...

Mejor tener algo en la cabeza

Por la calle caminaba lentamente una monja bajita, de cierta edad, seguida por dos musulmanas jóvenes muy garbosas que charlaban animadamente. Al fondo, por la zona de hierba de la ribera del Arga corría un hombre con una cinta en la cabeza enfundado en un peto negro ajustado al cuerpo. Un señor mayor con gorra madrileña sentado en un banco apoyaba sus manos en un bastón. Unos jóvenes de aspecto dominicano, con gorras de béisbol caladas de distintas maneras y camisetas musculosas, se vacilaban unos a otros con algarabía. Me saludé con las musulmanas y uno de los dominicanos levantó el dedo pulgar de la mano derecha mientras me sonreía.

Al loro

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Es la cuarta vez que pongo unas líneas y no he conseguido guardar . Joder, tú. Si he conseguido subir una imagen.

por nosotros

He estado un tiempo sin tocar esto y casi no llego. Me he vuelto loco buscándome. He preguntado al google, a su madre y aunque estoy aquí, no sé cómo he llegado. Sigo practicando.

poco a poco

La verdad es que me está costando esto de enredar con el blogg, pero entiendo que no me queda otra si quiero estar al día.

principio

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Hola gente, Aquí con mi amigo Julen poniéndome al día con esto de las NNTT.