Igual es cosa de la edad
El otro día, empujado por la lluvia y el tedio de una tarde oscura, asistí al foro consistorial del barrio donde vivo. Los forofos asistentes é ramos veintinueve hombres y una forofa de doble papel ya que intervino como ponente y como vecina. Las comparecientes, mujeres en su mayoría, cámaras, ayudantes… sumaban once y eran muchísimo más jóvenes que la forofada. El evento se celebró en el gimnasio del colegio público San Jorge, al que yo llamo La Mandrágora porque allí actuó, por última vez, el grupo formado por Javier Krahe, Joaquín Sabina y Alberto Pérez (coetáneos de la mayoría de forofos). Como el aforo previsto superaba, con mucho, la realidad, pude elegir un lugar lo más apartado posible de la línea de fuego de las cámaras oficiales que convierten las actos municipales en realitys publicitarios fomentados por la diosa Fama, trompetera remangada que rige nuestro consistorio y que, cosas del subconsciente, la asocio a la canción Villatripas. Hace tiempo que la cesión...