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Mostrando entradas de 2024

Ascensor Social

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                                               Dicen que la educación es el ascensor social por excelencia. Y debe ser cierto porque el gobierno está obligado a ponerlo y la chavalería obligada a montarse en él desde los seis a los dieciséis años Es uno de septiembre y madre e hija llegan al portal de la Sociedad Navarra. Un montón de criaturas alborozadas se dejan notar. Unas lloran porque no quieren entrar, otras miran aturdidas al resto y otras saltan de alegría. El ascensorista les saluda muy amable y les revisa la maleta. Según van pasando les dice que si no tienen la maleta con los materiales de mapas, cuadernos de viaje, brújula, linternas y calzado apropiado, gran parte del viaje lo harán por la escalera. Esas jodidas escaleras no tienen pasa manos y, como la criatura quiere llegar a la par que el resto de la clase, sube a la carrera. Unas veces tropieza, otra...

Nuevo vecindario

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  Mi infancia vivía en un triangulo de casas diferente al resto del mundo. La frontera con otros barrios era campo abierto, huertas y casas pequeñas hasta llegar a las viviendas con portal de la Rochapea o a la iglesia de los capuchinos. Un poco más allá, por una carretera con cunetas estaban la Colonia San Miguel y la Chantrea. Al Norte teníamos Ansoain y nuestro monte San Cristóbal. Artica era un pueblo lejano, menos conocido que el Fuerte. Al Sur corría nuestro río y regaba las huertas de Aranzadi; arriba, la catedral y al fondo la cruz del Seminario. Las calles no tenían nombre propio. El primer portal era el uno, el siguiente el dos y así hasta el 42. Los porches, las únicas bajeras comerciales del barrio, marcaban la diferencia con las otras calles. Un tramo de la calle tenía portales a los dos lados. El José Mari era el bar del barrio, el Ramiro, aunque era frecuentado, no era del barrio barrio. En el cogollo, la plaza. Una plaza de tierra, abierta a las personas y cerrada ...

Hiperactividad perruna

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  A la espera de que llegue la villavesa me siento en el banco de la marquesina. Una señora pasa gritándole al perro que arrastra tirando de la correa. El chucho insiste en ir en dirección contraria. Ella me mira como disculpándose por su aparente falta de paciencia. —No me hace ni caso. Tiene casi un año, pero yo lo tengo desde hace un mes. Me lo dio una conocida de mi hermana que vive en Bermeo ­­­­­­­­—me explica. En una de esas, el perro se planta a mi lado y trata de subirse a mis piernas. Está inquieto. —¡Bat! ¡Ven aquí! —grita a la vez que me lo quita de encima. —Tranquila. No pasa nada. Se le ve muy movido —le digo tratando de disimular mi rechazo al perro acosador. —¡Sí! Lo llevé a la veterinaria y le diagnosticó hiperactividad. No presta atención a lo que le dices. Va a su aire. No hay manera. —¿Y le da medicación? —No. Me dijeron que le diese unas pastillas, pero no, no le doy. La veterinaria es psicóloga. —¿Psicóloga de perros? —Sí, claro. Bueno, adies...

Inteligencia artificial sapiens

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  Viviendo lo que pasa por el mundo, lo de la malignidad de la inteligencia artificial no me preocupa nada. Es más, albergo alguna esperanza de que mejore la inteligencia natural. Aunque, si bien es cierto que la artificial es producto de la natural y eso marca su nacimiento, espero que la IA se ajuste a la razón y no sea tan tonta como la natural. La inteligencia natural o la idiotez, según Carlo M. Cipolla, se puede explicar con unas coordenadas cartesianas en el que el eje horizontal es el beneficio propio   y el vertical es el ajeno. Con esta expresión gráfica queda claro que la inteligencia inteligencia es la que actúa en pro del beneficio ajeno y del propio, cuadrante I; en el caso opuesto, cuadrante III, está la idiotez, en la que la razón no existe y las acciones no tienen ni pies ni cabeza porque no persiguen ni el bien propio ni el de la comunidad y es imposible prever o controlar; el cuadrante II es el de los pagafantas ya que benefician a los demás y se perjudica...

Coser es unir

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Hoy hemos reanudado las clases de costura y Fátima ha venido por primera vez. Habla buen castellano y ha cosido mucho a mano. Cuando le estaba enseñado a enhebrar la aguja de la máquina, me dice: ¿enhebrar?, mira, de aguja—. En árabe, aguja se pronuncia como iibra o algo parecido, como con una hache aspirada. Parecido a Ibrahim. Como no tenía ni idea me he puesto a curiosear en el móvil. No es árabe, es latina, viene de hebra, de fibra. Pero da igual, es bonito que se den estos cruces de idiomas coincidiendo en un acto tan sencillo como enhebrar un hilo para coser o unir dos telas distintas. Ya le he dicho que Alfiler sí es árabe.  Se ha ido a casa muy contenta y emocionada perdida. Se ha llevado unos retales que ha cosido de distintas maneras, su primer cosido a máquina, y un bolsico para el móvil. Yo he crecido tanto que casi le pego al techo con la cabeza.

El que puede, paga; el que no puede, se jode.

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El título de este artículo es la última línea de otro que publiqué en Diario de Noticias al inicio del curso pasado, que a su vez era una sinopsis de una carta enviada a don Carlos Gimeno Gurpegui para recordarle la discriminación económica de la que es objeto el alumnado perteneciente a familias pobres que sobreviven con la renta garantizada. La misma carta la enviamos, desde Elkarri Laguntza Apoyo Mutuo, a algunos sindicatos a fin de que no siguiesen mirando para otro lado y a dos centros públicos de los cuales teníamos conocimiento preciso de sus normas excluyentes para con su alumnado pobre.  Ni que decir tiene que todo sigue igual y que nadie ha puesto sobre la mesa el sistemático incumplimiento de todas las leyes educativas existentes desde finales del siglo pasado y que vienen a decir que no se puede cobrar por actividades complementarias, materiales u otros asuntos organizados por los centros con carácter general. Y mucho menos castigar al alumnado pobre sin participar en d...

Discriminación económica

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  Por Juan José Aragón Urtasun 22·09·23  |  06:00 La incertidumbre que reina este curso se extiende también a las clases extraescolares   Freepik Todos los años se producen dos danas educativas que durante unos días nos mantienen en alerta roja. A finales de junio graniza lo duro que es aguantar a las criaturas durante dos meses y pico y ventea el pastón que hay gastar en campamentos y academias. A finales de agosto, torrentes desbocados de materiales escolares, matrículas, cuotas, actividades complementarias, excursiones, semanas blancas, azules o verdes, comedor, transporte, aulas de madrugadores, English Week Residencial o English week at Shool, actividades extraescolares... inundan casas y campos. Como suele pasar con los destrozos producidos por la naturaleza, el que puede pagar, paga; y el que no puede, se jode. Antes estaba claro que la “escuela” era gratuita y el “colegio” de pago, ahora no. Antes y ahora, con la misma lógica, se suele asociar “lo gratuito” a...

PariSINO

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  A pesar de que no creo en la pureza de las olimpiadas y en estas últimas mucho menos dada su inmoralidad, he pasado dos semanas y pico viendo correr, saltar, lanzar, brincar y bracear a personas que nunca he tratado. En el rectángulo del televisor he visto llorar, reír, abrir la boca desmesuradamente, abrazarse y besarse   con un entusiasmo contagioso. He observado a esos cuerpazos, acentuados por ropas ajustadísimas, rezar santiguándose, arrodillándose, juntando las palmas de las manos o abriéndolas con humildad antes de competir. Esa belleza joven que solo tienen Los Juegos Olímpicos se apaga cuando los acólitos de la diosa Feme difunden sus loas para magnificar a los y las atletas a fin de encumbrarlos al mismísimo Olimpo. Una pila de relatos melosos que han provocado océanos de lágrimas y la re creación, en todos los medios, de la vida y milagros de los protagonistas olímpicos. Tanto empalague me ha dejado una resaca que me obliga a confesar mis pecados. Durante unos d...

Txistorra al curry

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  Los días de labor suelo pasar delante de un colegio público de infantil y primaria que se anuncia en su fachada como Bilingual school   y en su página web como plurilingüe (castellano, inglés y euskera). Que las mentiras publicitarias calen en la sociedad tiene su lógica, pero que esas falsedades no sean aclaradas por entidades con responsabilidad educativa es serio porque se está dando a entender que   el alumnado sale bilingüe, como poco. En esta misma línea del lamer, el otro día, el 14, Diario de Noticias destacaba que   " Sesenta centros de Secundaria ofertan el programa de Secundaria Plurilingüe y 33 cuentan con secciones bilingües". ¿Cómo pueden denominar colegio bilingüe a un centro que tiene en su currículum 5 sesiones de inglés (las tienen todas las escuelas a fin de conseguir un A1 o un A2, como mucho, al final de primaria) y entre tres a siete sesiones de otras asignaturas en inglés? ¿Han pensado, los partidarios del PAI, que el nivel competencial de ...

Salvemos a Coreano

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  En el mundo del revoque, del renuncio y del reciclaje político han resurgido personas defensoras de lo que ellas denominan "resignificación" del Monumento a los Caídos porque no son partidarias del derribo. Es decir, en un posible referéndum, no en un reconcurso como el de los carteles del siete de julio, lo opuesto al derribo se denominará resignificación (si yo fuese partidario del mantenimiento, mejora y reforma del monumento habría metido el palabro "recreación").   Repasando, releyendo, recopilando y revisando las reflexiones efectuadas por renombrados e insignes expertos en la reconversión histórica; el que reescribe estas líneas, yo, no ha llegado a entender qué releches es la resignificación y cómo se hace o rehace. Repaso la RAE y no encuentro el palabro tantas veces recauchutado. La máxima institución del significado no reconoce el significado de resignificado. Así nos caemos todos. Esto no es serio. Si ni siquiera los partidos partidarios de que el monu...

La casa de Tócame Roque

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  Esto de echar una mano a los demás me está llevando por la calle de la Amargura y la avenida del Desaliento. La muy inclusiva y muy foral comunidad en la que vivimos tiene una red administrativa tan burocratizada que un día te partes la crisma al chocar contra una cláusula de última hora o das vuelta de campana en la zanja de una fotocopia del pasaporte de una nigeriana porque no ha salido clara. Si normalizar la vida de una persona venida de otros lugares fuese un juego, sería el de la oca. Hay cárcel, pozo, posada,   laberinto, retroceso a la casilla de salida y dados trucados que hacen imposible llegar al jardín de la oca. Y, por si todo lo anterior fuera poco, para poder jugar debes pedir cita por teléfono o rellenar un impreso que requiere una clave que se desclava cuando menos te lo esperas. Los ayuntamientos y las administraciones generales son entidades que,   bajo el palio de la justicia matemática, la rectitud igualitaria y la criba que evita el engaño de lo...